Los que acuden al Estadio, pueden verla. Allá, desplegada sobre la curva norte, justo debajo de los antiguos marcadores. A la parte del Río. En aquellas épocas, donde por los tajos entraban en tromba los aires fríos del Manzanares. Antes de que se cerraran. Allí está, ocupando unos metros que jamás serán cedidos pa publicidá. Perpetuandose en el tiempo, cual ramo sobre un corner. Convirtiendose, al paso de los pichichis, en un emblema más de los que aún pueblan las gradas de un Campo que vivió durante algunos años en el corredor de la muerte. De la misma suerte que el mismo Club. Que sus propios aficionados.
En ocasiones, cuando el viento viene excitao por las ocasiones de gol, y sopla con furia sobre escalinatas, aleros y vallas; mece sus grandes letras color nieve sobre la elasticidá de una sábana en tono sangre. Casi todas las gentes del Atleti, saben lo que pone. Y lo que significa. A los novicios que hasta allá se llegan, propios o forasteros, se les explica el significao de aquellas letras sencillas. Como el que relata el Génesis. Versículos y capítulos incluidos. La “Peña Jarpo”, es una peña especial. Que recuerde, la primera asociación de atléticos que no necesitó de una figura del Club, o el nombre de una localidá, pa constituirse.
La última vez que le vió, por televisión, fue aquella tarde de agosto. Un agosto más, pa los bolsillos de unos pocos. Un agosto menos, pa unas vitrinas de muchos. Al Jarpo se le habían acabao los dedos con los que contar años de vacío. Envueltos en celofán de promesas. Del charlatán al buhonero, a veces solo media una corbata. Y creer que un armani puede lograr lo que un carrito con un burro nunca ha conseguido: que te crezca el pelo, calvo. O que necesites un peine como el comer. Pero el tipo, venía de vuelta. Ni era mas atlético, ni tenía mas pasta que nadie de los que le rodeaban. Solo, y llanamente, había puesto sus orejas y sus ojos al servicio de los años. La experiencia. La observación. La curiosidá. La inquietud. La búsqueda de los por qués. Y estaba hasta los huevos. De manera que, como todo el curso anterior, y el siguiente, y el otro, se había armao de su sabanita. Rojiblanca ella. Que colaba a modo de capa, haciendola pasar por una banderita al uso; y remarcando el gesto festivo con unas pinturitas de guerra y un yelmo a lo Toro Sentao. En ocasiones, hasta se armaba con la trompetita de marras… El hincha idílico. Muy torrentiano. Y así, pasaba la primera censura de tornos, recibiendolos a puerta gayola. Ya en Grada, se volvía a vestir de Jarpo. Sujetaba con bridas los extremos de la pancarta sobre el claro de la barandilla. Cantaba el Himno, a silencio en grito, y aguardaba. A que se presentaran los guardias. Jurados. En cesión. Cuales zidanes de Valdeolivas.
Aquella tarde de agosto, el forcejeo fué mayor. Comenzaba una nueva temporada, y la peña estaba más en los futuros que en los presentes. Se las vió soliplás, en medio de la cuadrilla de pretorianos. Pretendió defender a capa y espada su voz, con tanto empeño, que un mal empujón le hizo caer de espaldas sobre el cemento. Y el Vicente Calderón, se lo quiso quedar. A él, y a su nuca. Un hilillo de sangre. Revuelo. Sanitarios. Manos a la cabeza. Funeral, portadas y preguntas. Mogollón de preguntas. Preguntas prohibidas en tiempos de SADs.
2 comentarios:
La temporada siguiente, ganando la Liga :) intercambio de enlaces?
Saludo :)
http://atleticodemadrid.blog.hr/
Como siempre, Impresionante relato...
Cuantos Jarpos seremos???,cuantos Jarpos dentro y fuera del Coliseo ROjiblanco,a cientos,miles de km´s...
Cuantos Jarpos se están perdiendo por el camino gracias a prepotencia de algunos que se creen Grouchos y no llegan a Jarpos ni de lejos...
...yo no me he perdiooo,pero si prefiero la soledad de Jarpo en la lucha, a la hipocresia del grupo...algo esta fallando, amigo Lobo...
Ojala algún día veamos una Fuenteovejuna Rojiblanca,lejos de descalificaciones y de héroes...
Un placer pasar ese rato, corto rato en tu compañía...espero que este todo de lujo,para ti y l@s tuyos...
ABRAZAZOS FUERTISIMOS,de uno que te aprecia...desde la distancia salvable solo en ocasiones...
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