De atléticos a indios y colchoneros, pasando por atletistas

"Y usted, no pise ese Escudo..."
Luis, presidente de honor

jueves, 23 de octubre de 2008

One Club Man

A la hora justa de partido, hay un cambio en las filas biritish. El primo del chaval más jovencito que falleció en aquél incidente de Heysel, donde también estaba como figurante el ex_señor platiní, camina a buen paso hacia la banda. Casi la mitá del Fondo Norte, le jalea y, del resto del Estadio, va arrancando unos dignos aplausos. Que en el Calderón, eso de reconocer algo al rival está como el kilo de angulas. O más. Unos, aplaudirán por el partidito tan apañao que acaba de marcarse. Otros, porque les supone el tributo en palmas a un menda que ha mamao club desde que recogía pelotas en la banda. Un tipo que lleva los cuajarones de lecha mamá colgando de los tacos de las botas. Un pavo que usa una piel roja, a la que cambia el moreno, pero nunca la etiqueta. El escudo. Un One Man Club, que dicen por aquellos pagos de la vieja Yngalaterra.

Así es que, sí señores, no se extrañen de aplausos ajenos. Hay gentes que los merecen, tanto o más que alguno que viste la Camiseta propia. Hay tradiciones que, amén de serlo, parecen hasta sanas. Humanas. Sentidas. Y esta, es una de ellas. Como una voz que se levanta por encima de las marcas, los ibex-35, el tráfico de mercenarios, la trata de esclavos de millones de euros... El prenderse al Fútbol, agarrarse a sus carnes divinas como si fueras a marcarte un chotis, conlleva valorar a estas gentes que van de pañal a bastón. De los que nacen y se hacen. Y además, aguantan el tirón. Tirando de aurícula.

Por eso yo ovacioné a Steven Gerrard. Es lo único que a día de hoy puedo envidiar a un club como el Liverpool. Que conserva un canterano capaz de transmitir los valores mamaos desde que limpiara los borceguís a la estrella de turno liverpuliana. Que hubiera cogido con una mano el balón y con otra los huevos de los felices celebrantes cualquier sábado con 1-1 y todo el descuento de por medio.

Me encanta comprobar que todavía existen las águilas imperiales. Los osos pardos. Los linces ibéricos. E intentar en la medida que pueda y sepa cuidarlos. Para que no se extingan. Para que mis hijos puedan disfrutarlos en vivo y en directo. Sin fotos color sepia.

Cuando abandonaba el Estadio, aún retumbaban los cánticos de sendas aficiones sobre los muros sagrados del Vicente Calderón. “Fernando Torres, lo-lo-lo-lo-lo-lo, Fernando Torres...”. Entonces, me toqué el bosillo de la chupa. No, no lo había perdido. Estaba allí el último número del “Media Punta”, doblao y sudao, pero vivito y coleando. Con su artículo sobre nuestro último mohicano. Aquél que le hiceron capitán nada más salir de la adolescencia... Una vez alcanzao el coche, desdoblé el número de la revista, volví a leer aquél artículo:

“La última vez que ví a Torres fue hace dos meses. Estaba en el pub de Sammy, en Kirkdale, y no tenía buen aspecto. Sammy me dijo que iba todos los días y se agarraba a la botella. Ya no hablaba con nadie. Solo grunía. Alguna vez, y cada vez menos, algún joven idiota se acercaba al viejo striker y trataba de sacarle una conversación sobre aquellos viejos y buenos tiempos, pero Torres rezongaba: “Nunca fueron buenos, pero sí que son viejos...”

Pero no son tan viejos los recuerdfos cuando te van comiendo...Desde el amanecer hasta la cama; hasta que la botella golpea la moqueta de tu cuarto y te haces bicho-bola abrazado a una mala almohada.

Torres es un hombre... Bueno, sólo una vez, cuando entró en el pub aquél tipo con la Camiseta del Atleti. Se le cayó el vaso y se marchó.

Miento al decir que le vimos llorar... Pero si hubiera jurar que estaba llorando, yo lo juraría.

Hace dos meses, un día, fue al baño a pelearse con la próstata y se dejó la cartera encima de la barra. De entre toda la mierda que llevaba aquella billetera hinchada sobresalía el recorte de un periódico. Sammy y yo nos miramos y sacamos aquél trozo de papel. Era la crónica de un partido contra el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón.

No sé español, no sé que decía, pero la foto que dominaba la crónica era la suya, sonriendo, con la camiseta del Liverpool, de rodillas; con el cuerpo para atrás, abrazado a Gerrard, celebrando su segundo gol al Atleti.

Yo miré a Sammy sin entender ni mucho ni nada y le alargué la fotografía. Sammy la miró mucho más despacio. Al final soltó un gruñido y me la volvió a pasar. “Ahí está, ¿no lo ves?”. La volvía a coger y la miré. ¿Qué estaba ahí?. Un tipo feliz, joven, con la camiseta de un grande de Europa, abrazado a un jugador de leyenda... La sonrisa de “The Kid”... Sammy, no veo...

- Mira el fondo

¿El público?. Caras antiguas de hace cincuenta años, de principios de siglo. Dios, sí; ahí estaba. Era un niño pequeño. ¿Qué tendría, nueve años?. Lleva la Camiseta del Atleti. Está llorando. Levanté la vista. Torres había vuelto.

-¿Con qué derecho hurgas en mis cosas?

- ¿Hicistes llorar a un niño del Atleti?. ¿Fue eso, Torres?. Dí, ¿fue eso?

Me miró con furia y asco, y dijo:

- Ojalá hubiera estado lesionado.

No vi llegar el puñetazo. La botella cayó sobre la barra. Me arrancó el recorte y se largó. Aquella fue la última vez que ví a Torres.

Aquél viejo striker del Liverpool.”

Por José Antonio Fúster.

S I E M P R E E S T I R P E.-

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra de que fueses tu uno de los que ovacionaste a Steve, colega. Me alegra muchísimo. Porque yo también lo hice. Y me puse en pie, en medio de toda la grada que me miraba medio alucinados los unos, y aplaudiendo y asintiéndome con la cabeza los otros.

Gerrard representa el Capitán que siempre he querido tener en mi equipo. Juega, hace jugar, felicita a los rivales cuando termina los encuentros, a los árbitros, va a aplaudir a los suyos siempre, gane o pierda, obliga a sus compañeros a hacerlo, manda, ordena, no le tiembla el pulso nunca al tirar un penalti, no desfallece jamás si lo falla, lucha como el que más, tiene un disparo formidable desde fuera del área, una visión de juego privilegiada, una técnica envidiable, tiene corazón, es un jugador que transmite sentimiento, es mi ídolo, es del único jugador en el mundo que tengo su camiseta serigrafiada (del Atleti tengo un montón, pero con el nombre de ningún jugador puesto en ninguna de ellas).

Gerrard es mi sueño imposible, mi amor platónico, todo lo que quise tener y nunca tuve. Gerrard es el mejor jugador que hay en el mundo. Y que habrá. Porque Steve es mucho más que simplemente manejar más o menos bien un balón con los pies.

Para mi, Gerrard es Dios. Y ayer fue el día más feliz de mi vida al contemplarle, aunque sea por una sola vez, y con la camiseta contraria, en mi casa.

Un abrazo. Una pena el gol que te anularon, ¿Eh? :-PPPP

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Gerrard me recuerdo a nuestro mítico Adelardo. Jugadores de club que son el escudo, la camiseta y el alma del equipo. Echo en falta a estos jugadores en el At.Madrid. Pero ya sabemos que AGuirre no da una y menos con los canteranos. Un abraoz.

Billie dijo...

A mi me da mucha pena que tengamos que aplaudir a los buques insignias de otros porque aquí ya no queda ni una mala barcaza. ¿Por qué no aplaudir también a Xavi, y a Raúl, y a Albelda y a tantos otros domingo tras domingo. No sé, me da pena buscar fuera referentes que ya había en casa. Saludos.

miguel diaz dijo...

Lo mejor que podía haber pasado es que Torres no viniera. un abrazo. miguel

JefeIndioDeLaReserva dijo...

la verdad es que gerrard es un jugador que todo el mundo quisiera tener. me encanta el jugador que represnta los colores de millones de afiocionados y gerrard es de los pocos, ¿para cuando uno nuestro?
un saludo

Anónimo dijo...

Todo eso está muy bien y pienso que es un gran profesional.
PERO está del todo fuera de contexto HACERLO ya que es un total menosprecio a NUESTRO capitán que para mí en mi campo es el mejor y no tiene comparación con un tal Gerrard que viste una camiseta del Leverpool. O es que Raúl González Blanco no es y ha sido un ejemplo como profesional y capitán, en cambio seguro que ninguno de vosotros se levantó a apludirle cuando le sustituyeron el otro día.

JefeIndioDeLaReserva dijo...

anonimo, Raul es un vendido¿ como quieres que le aplauda? si yo soy de un equipo por mucho que me fiche otro, amare los colores de mi equipo, el prefirio el camino facil que es olvidarse del que no le paga. si gerrard se fuera del liverpool ten por seguro que seguiria siendo un red asta el fin de los dias,¿ puede decir los mismo el señor raul?
un saludo