De atléticos a indios y colchoneros, pasando por atletistas

"Y usted, no pise ese Escudo..."
Luis, presidente de honor

lunes, 23 de marzo de 2009

La década improdigiosa

-97-08: 7º con 60 puntos; ganados 16, empatados 12 y perdidos 10. Campeón: Barcelona, con 74 puntos. A 14 puntos.
-98-99: 14º con 46 puntos; ganados 12, empatados 10 y perdidos 16. Campeón: Barcelona, con 79 puntos. A 33 puntos.
-99-00: 19º con 38 puntos; ganados 9, empatados 11 y perdidos 18. Campeón: Deportivo, con 69 puntos. A 31 puntos.
-00-01: (Segunda División); 4º con 74 puntos; ganados 21, empatados 11 y perdidos 10.
-01-02: (Segunda División); 1º con 79 puntos; ganados 23, empatados 10 y perdidos 9
-02-03: 12º con 47 puntos; ganados 12, empatados 11 y perdidos 15. Campeón: R. Madrid, con 78 puntos. A 31 puntos.
-03-04: 7º con 55 puntos; ganados 15, empatados 10 y perdidos 13. Campeón: Valencia, con 77 puntos. A 22 puntos.
-04-05: 11º con 50 puntos; ganados 13, empatados 11 y perdidos 14. Campeón: Barcelona, con 84 puntos. A 34 puntos.
-05-06: 10º con 52 puntos; ganados 13, empatados 13 y perdidos 12. Campeón: Barcelona, con 82 puntos. A 30 puntos.
-06-07: 7º con 60 puntos; ganados 17, empatados 9 y perdidos 12. Campeón: R. Madrid, con 76 puntos. A 16 puntos.
-07-08: 4º con 64 puntos; ganados 19, empatados 7 y perdidos 12, Campeón: R. Madrid, con 85 puntos. A 21 puntos.

En esta última década, que no puede llamarse ni prodigiosa ni digna, hay que remontarse a la temporada 97-98 para encontrar la “mínima” diferencia establecida con el campeón en 14 puntos. La máxima, se produjo con la vergüenza del descenso, y se fue a los 38 puntos.
Curioso el dato que arroja el decenio también sobre los partidos perdidos por temporada. En ninguna se baja de las dos cifras, o las decenas. Y la marca solo se rompe en 2ª División, el año del retorno (gracias de nuevo, Luis), quedandonos en 9 perdidos. Esa misma temporada, con la anterior también en la misma categoría, se logró romper la barrera de la decena y pico de encuentros ganados, sobrepasando la veintena. En primera, nunca en ese periodo hemos conseguido llegar a ese parámetro.

La competitividad, rasgo fundamental en el Atleti, ha ido perdiendose de manera flagrante. Los datos arrojan una caída en cuanto a objetivos mayores, que posiciona al Club en un lugar de media-alta tabla, cuyo propósito fundamental pasa por llegar a un cuarto puesto que solo se ha producido en una ocasión durante estos diez años.
Así pues, podemos deducir que el llamado “Tercer Club de España”, no tiene traducción en la clasificación de la competición, ni siquiera en ese tercer escalón del podio que le podría corresponder por potencial tanto institucional, como social, como deportivo. No hablemos pues de segundos o primeros puestos… Las diferencias con el campeón de turno, suelen ser entre sonrojantes y abismales. Año tras año.

Durante esta década, no solo no se ha hecho honor a la media deportiva que el Club señala a lo largo y ancho de su Historia (una Liga, una Copa, algún subcampeonato y varias participaciones en la ahora denominada “champions”); sino que se han dilapidado 9 años para entrar en dicha Copa de Europa, 8 para acceder a la devaluada UEFA y se ha soportado la ignominia de permanecer dos años en la categoría de plata.

Ya, ni corriendo, se puede salvar esta nefasta década. Porque en la temporada 2008-2009, aún por concluir, se nos vuelven a negar los títulos por 13ª vez. Para otra ocasión, se analizará a los nosecuantos entrenadores y tropecientos jugadores que tuvieron la culpa de todo este desaguisado. Y si hace falta, recurrimos al “pupismo”, al empedrao o al cha-cha-chá. Porque la “línea editorial” para la que escribo, y me gano mis lentejas, me recomienda que no ponga en el disparadero a otros de más enjundia. No vaya a ser que los aficionaos del Atleti reaccionen, y toquen los cojoncillos al bipolarismo patrio. O a las casas de veraneo. O a las exclusivas fetén. O a las cenitas por la pati…


S I E M P R E S E Ñ A L A N D O O S-

martes, 17 de marzo de 2009






Ante la proximidad del día 26 de abril, fecha señalada para los aficionados del Atleti, se ha puesto en marcha un gran o pequeño (de momento) evento atlético, con ánimo de reunir en torno a ese día tan especial a todos los seguidores que deseen pasar una jornada respirando Club.
Así se ha expuesto en los foros y páginas que versan sobre el Atleti, quedando con la razón de configurar una comisión del festejo, encargada de organizar todo lo referente al mismo. En principio, pasarian a componerla un total de 4 personas, salientes de los 4 foros más representativos actualmente. Esto es, Colchonero.com, Señales de Humo, Infierno Rojiblanco y La Vida en Rojiblanco.
Como en tiempo no iremos sobrados, ni el curro y otras tareas es capaz de dejarnos el que quisieramos para ello, de momento se supone estaría bien con implantar una fecha (preferiblemente el mismo día 26, en el que se dilucida la jornada 33; partido contra el Sporting) y un acto sencillo, como pudiera ser un vermú, seguido de un almuerzo y su ulterior café, copa, puro y, si dejan tiempo, mus… Más adelante, con otra comisión que se encargue de los preparativos con un año de por medio, se pueden aportar muchas y muy variadas cosas.
Para la que nos ocupa, conviene conocer con cierta aproximación los asistentes, ya que es vital para escoger un lugar de más o menos aforo, cercano al Estadio. Hay compañeros que comentan el tema carpa, o al aire libre, o… En fin, que como toda idea en pañales, está sujeta a un debate, más bien rapidito en este caso, pues el tiempo apremia.
Cada aportación a través de los distintos canales, se recogerá y estudiará por parte de la comisión encargada de realizar el evento, tomándose la que se crea más adecuada en función de un módico presupuesto a la antigua usanza: el escote, y el número de participantes en el mismo.

Queda pues inaugurada la I Jornada de Club que nos traerá esta primavera del 2009, y a la que asistiremos un puñaete de gentes del Atleti sin tener que estar afiliados a peñas o movimientos. Por su propio pie y el de los que vengan con él o ella.

Un saludo, y a ver los que sumamos.

PD: convenía muy mucho conocer el insondable y misterioso calendario televisivo, para estructurar el día en función del horario del partido, pero… Quizás lo menos problemático sería espabilar pronto la comida para dejar un tiempo a la sobremesa, contando con que a las 5 hay Fútbol.

lunes, 16 de marzo de 2009

La estación del silencio (crónicas desde La Cero)

Atardecí con los puños bien cerrados. Sin la rabia insolente de la juventud. Vicente, harto de sentir bajo sus carnes el apellido “Dondevalagente”, se había propuesto aquella tarde dar un giro de timón a su andadura, pa marcarse una de puerta Cero. A la verita de otros coleguitas y coleguitos que, como él, cambiaron un ratito de barril por uno de barrila. A la quinta estrofa, sobre ese túnel que horada un Estadio edificao por antiguos socios masivamente daos de baja en la “era cluz” de la “égida alieti”, casi todos los hombres de Harrelson, ayudaos por los de Paco, e incluso reforzaos por los hombres G, habían tomao posiciones alrededor del acceso a la llamada zona “noble”. Y conminao a los asistentes, con ese deje flamenco a lo padre de farruquito, a que abandonaran la sala. Una de se-sienten-coño, na más que cambiando las posaderas por los pies. En polvorosa. Así, la parada del ruido, terminó por transformarse en la estación del silencio.

La ingenuidad, nos absuelve de equivocarnos. Y otros cientos de gentes del Atleti contemplaba desde la misma, como se sacaba del túnel cuales delincuentes a una camada de mendas y mendos, por gritar cuatro frescas. De las cuales, alguna, figura y tó en sentencia dictaminada por un tal Tribunal Supremo. Los capos de aquellos hombres de azul, vamos. Así, el panorama quedaba configurao de la siguiente forma: unas decenillas de tipos y tipas cercaos por los cuerpos de seguridá del Estao-s Quietos, cuyos delitos irían desde mangar de canis unas chuches en el puesto del barrio a defraudar unos eurillos ya de talluditos a esa Hacienda a la que clubes y SAD no pagan ni jartos grifa. Sus órdenes. Y, adentro, protegidos por un sinfín de hombres-hostia, la pareja benefactora, cuyo delito fue robar las acciones de un Club histórico, quedarse con la parte aportá por los pequeños accionistas y pulirsela en reformas de chalés en sus fincas segovianas, toledanas o abulenses. Y, ¿la venganza es un trasto tan inútil?. Contésteme, doña Menda. O usté, don Mendo.

Descreo de la razón de la mayoría, y sus abrazos propietarios sin salida. Vicente, ha roto definitivamente con el sustantivo “gente”. ¿Será quizás por esos programas-tirria de la tele que llevan ese título?. ¡Quién sabe…!. El caso práctico es que se encuentra mu agustito, cual torero en feria tonadillera, en medio de aquella minoría absoluta. Haciendole una peineta a los creadores de opinión de la prensa deportivo-generalista. De general de división. De división inmobiliaria. De inmobiliaria-aria. Donde solo los más altos, más guapos, con los ojos más azul prescripción y los chalés y terrenos más sobornables, subsistirán en este reino de los cielos. ¡Oh, cielos!, que diría Tristán. En tanto Vicente saluda a don Anónimo. ¡Cómo va todo?. Bien, ya ve, gritando un poquillo desde el otro lao de la puerta de Brandemburgo… ¿Y no se podía pedir permiso para hacerlo legal?... huy, jodío, creo que piden DNI spa cortar miembros o miembras en caso de nubarrones; además, manifas el día de partido, como que… Un placer, como siempre. “¡¡Que se vayan, diles que se vayan…!!”. Y en mitá de la estación del silencio, con sus villanos que algunos llaman héroes, se levanta el asfalto. Pa susurrar que apuremos el tiempo. Que ya nos meten dentro. Del Campo, hombre. Y por voluntá propia, caballero. Todavía…

Te hicieron SAD, y ahí te consumimos. Tan voraz se antoja el concepto de clientela que Vicente, en un arrebato visionario, cree ver en aquél discurrir de la masa a través del cemento de los vomitorios, brotar unos tubillos en punta que vomitan gas mostaza. Pa convertirnos en perritos, quizás. Modelo falderos. “Tuviste que haberte apretao un güisqui menos, fiera". “¡Y un huevo!- sisea la contra-voz- A ver que cristiano se zampa sobrio el holocausto…”. Una vez dentro, lo de siempre. Atleti. Esa fibra en fase inicial o terminal, que te conecta al Futbolín. Donde en ocasiones, los muñequitos cobran vida. Y pasta, mucha pasta. Y cobran hasta las primas atrasás. O pretenden pactar las venideras… O solo por orgullo, vuelve a decir en voz muy bajita ese doble que se hizo la picha un lío caminando por las veredas de los mundos de yupi…
Este es mi sitio, y este no es mi Atleti. A riesgo de que quede como el culo soltarlo tras una dupla de partidazos, con goles hasta de saque de esquina. Cuando no solo los muñequitos del tapiz, sino incluso las manos-rotas que se aferran cula clavo ardiendo a los mandos, parecen hasta cojonudos. No, este no es mi Atleti. Aunque en ocasiones hasta me alegra y, sobre todo emociona al contemplar esa camada de crios que salen henchidos del Estadio las menos veces, suponiendo un lunes más digno frente a sus compañeros-tabarra de pupitre. Mi Atleti, sigue secuestrao. Atleti sumergido, en los prescritos clandestinos.

(P A R A) S I E M P R E A V A L A N C H A.

jueves, 12 de marzo de 2009

Los del esparadrapo

Pues sí, señores. Confirmao. Quedan españoles de los del no-do. Claro, que ya no se dejan bigotito a cuadrado perfecto, ni gastan oscuras lupas, ni hablan por micrófonos a lo Sinatra, ni intervienen como extras en “Bienvenido, mr. Marshall”, ni, en fin, pasean por la calle general Mola. Ni hablar del peluquín. Ahora, se camuflan entre liposucciones, gafas vanguardistas en montura de titanio, parole sobre micro-micrófonos, quieren que desde que amanezca, apetezca y, por supuesto, sacan al perrito Príncipe de Vergara abajo. No lo pueden evitar. Son ahijados de ese camuflismo que ha invadido esta España mega-moderna, a cuyos mandos tenemos a los mismos, pero con otros disfraces. Ahora, que ya ha pasao el Carnaval, y cada cual vuelve a sus cartones de toda la vida.

Configurao el escenario, vamos a los protas. Que al ser tema futbolero, y más concreto del Atleti, los tenemos por dúo. La pareja del siglo, podríamos llamarlo, en deferencia al cagao que siguen marcándose en la casi década que lleva andada esta centuria bisoña que llaman XXI. Uno, ya saben, es wally. En atención a lo chungo que es dar con él. Salvo si eres accionista sindicao, y te amenaza con romperte la crisma a la salida de la junta golpista, que otros llaman “accionista”. Y a la cual necesitas reunir 3.000 acciones pa que al menos te puedan insultar el mayoritario y su cómplice. ¡Ah!, y objeto de befa y mofa a posteriori, en esos programas con que nos castiga Dios a los insomnes. Sobre todo, si te has dejao patillas. Y no tienes una de prebendas guapas pa comerciar el palo o el jabón al mote en cuestión. Ya ves, prenda, esto no es Bambi…
El otro, que gusta de recibir entre sus subordinaos el trato de “don”, es don cooperador, pues. Un tipo de éxito. Un champú a la camomila en medio de épocas de seborrea y caspa. Todo un pro-hombre de éxito. Con un solo pero: cierta sentencia en firme dictaminada por el Tribunal Supremo, que le acusa de cooperar activamente en la fraudulenta conversión a SAD del Club que ahora dice presidir. Uan grano in the bulla, vaya.

Hechas las presentaciones, abordemos los hechos. A principios del mes en curso, los tribunales (esos compañeros de fatigas de esta directiva también, trágicamente, en curso), fallaron en contra de los requerimientos que el dúo Dinám & Co. proyectaba sobre la Asociación Señales de Humo. Le pedían 60.000 euritos de ná, por “la declaración de intromisión ilegítima en el derecho al honor por la difusión a través de la página web de Señales de Humo de contenidos contrarios al honor, la intimidad y la propia imagen, a retirar de forma inmediata de la página web todas esas manifestaciones, y en particular fotografías y documentos relacionados con el procedimiento penal y sentencia del Tribunal Supremo…”.
Osea, que el señor juez, esta vez sin prescripción de por medio, les ha vuelto a hacer una peineta. Y les ha dicho a la carita, que la sentencia es un documento público, del que se puede echar mano siempre y cuando se venga en gana. Porque pa eso se dictó, y ahí está. Si no les gusta, como dice aquél, que no la hubieran hecho. Sencillo.

El tema no es banal. Los apropiadores indebidos por vocación, metidos a censuradores por ocasión, quieren que les legitimen los jueces. Pretenden cepillarse al granillo en el culo por lo civil, lo criminal o lo omertá. No solo no se conforman con que se les llame patilludos, broncas, pesaos o cualquier otro adjetivo despectivo en los medios de comunicación mayoritariamente controlados o “sindicados” con el dúo Dinám & Co; sino que pretenden asfixiarlos hasta el punto de que ni siquiera puedan lanzar esos molestos panfletillos sobre cómo una famiglia se apropió de un Club histórico, que de vez en cuando se reparten por los aledaños del Calderón. No vaya a ser que alguien de los que les ponen o silencios o medallas, lo vaya a leer. Y a tirar de la madeja. Con la de asuntos pendientes que quedan en la buchaca…

Y es que estos tipos, reeducaos en la “democracia”, son asín. Y asín siguen sobreviviendo. Que te cagas. Les da igual meter una denuncia a veteranísimos del Atleti pre-SAD que se juntan en el foro inadecuado a sus intereses, por el inefable delito de escribir en sus teclados la “marca registrada” Atlético de Madrid; que pretender empurar a toda una Asociación por dar pábulo, cancha y uso a una sentencia PÚBLICA dictaminada por la Audiencia Nacional, y corroborada por el Tribunal Supremo. Lo más chungo del caso, es que estos cuatreros del sentimiento, siguen en la brecha. Se ponen un traje a la última, una corbata molona y se emperifollan con colonia de 200 pavos, pa (intentar) decirte, que eres un delincuente. A ti. Que lo máximo que has robao son una de chuches, cuando Ayala corría la banda.

No te jodes…

Me despido con una serie de frases que quiero pronunciar más fuerte que nunca. Pues también se solicitó en el juicio fueran suprimidas, como monumento a la libertá de expresión. Permítanme ponerle incluso signos de admiración, pa que no suenen en clave baja.
“¡¡Calderón, patrimonio de la afición!!”
“¡¡cerezo, giles y gallardón, culpables!!”
“¡¡giles, culpables, fuera del Atleti!!”
“¡¡cerezo, fuera del Atleti!!”

Y, SIGUE PENDIENTE DE RESOLUCIÓN (desde Enero de 2008) EL PROCEDIMIENTO JUDICIAL PENAL INICIADO POR ADMINISTRACIÓN DESLEAL Y FALSEDAD EN DOCUMENTO MERCATIL A INSTANCIAS DE UNOS CUANTOS ACCIONISTAS DEL CLUB.


N U N C A A C A L L A D O S.-

lunes, 9 de marzo de 2009

Yo, es que soy de este barrio


Me soltaron aquí, y aquí he echao raíces. Y a quien no le guste, que no mire. Me hubieran traído de Paris, o jugao a los barquitos con otra combinación que diera “agua”. Igual, metidos tantos kilómetros de por medio, tantas millas marinas acaso, la falta de roce podría haber disuelto el cariño. ¡Qué se yo… Si hubiera nacido en Ulan Bator o en Kinsasa, lo mismo todo esto no hubiera tenido ningún sentido…!
Pero no, a uno lo plantaron sobre la que por entonces se llamaba una, grande y libre; y que, pasaos ya unos lustros, se da en denominar algo así como “nación de naciones”. No problemo, que diría el T-2000 ese que parecía estar a la vuelta de la esquina. Y que va a hacer falta un par de crisis de esas pa que llegue, de la mano de la naves espacial versión utilitario. El Fútbol fue jugao por muchos carnés, como pa andarle poniendole una filiación nacional o republicana a estas alturas. No, esa no es la cuestión. El tema, y tal, radica en qué palito coger. Con la peculiaridá de saberse la medida exacta del tallo que habría de esconder la mano cerrada. ¿Se acuerdan del juego?. Entonces, ¿qué coño haces que no trincas el más largo?. El de la viagra. El que llega más con la pedrá. El señorito. El niño en el bautizo y el fiambre en el entierro. El que acaba más lejos y más mejor con los equipos. Pero, chavalito, si no te hace falta mudarte de ciudá ni ná… Mira, aquí tienes uno blanco gior, que ni pa’l pelo. Anda, cógelo. No seas toli. Y la escena, descarnada, comienza a asemejarse a aquella cuarentena jesuística en los desiertos del Oriente Medio, con el demonio apretandole las clavijas al hijo de la deidad a base de vida fácil por un tubo. Joder, con lo poquito que aparecí por Religión, y va y se me queda la copla esta… Premonitorio, sin duda.

“No”. La réplica se escupe tan escueta como contundente. No hacen falta más explicaciones. El menda lo pronuncia con la certeza de que se perderá muchos días de vinos y rosas. Quizás demasiaos. Claro, que contar con un wally y un don cooperador, como que no venía en el "pack"... Mucho ju-ju, ja-ja. Cantidubi de momentos 10 contra uno. Doce pa once. Mogollón de enjabonamientos de chepa. Una rehala de vítores, palmas, palmitas, higos y hasta castañitas. Copas, copones, pipas, chicles, caramelos… Y que, en definitiva, pedirse pa Reyes el balón de reglamento con los polígonos coloraos, le iba dejar en franca minoría. Siempre hablando de números. Aunque, también los había que se iban por otros cerros que ríase usté de las inferioridades atléticas… Mis respetos, a todos esos chavales que escogieron la paja más corta aún. En cierto modo, también ayudan a darle una patá en el culo a esa globalización cuasi obispal que cierto presidente-midas proclamaba hace no mucho desde un atril: “el Madrí, no es excluyente. Invito a todos los aficionados a que se hagan de él.” Angelico. ¿Tendrá ni zorra de lo que significa no ya esto del Fútbol, sino el espíritu de la competición?. Hay monopolios que quisieran ser patios del Monipodio. Con un gran cartel con alguna soflama demócrata en letras XXL presidiendo el arco de entrada.

Salieron rana. O, mejor, ni siquiera tuvieron la opción de escogerlo. Lo mismo todo ese paripé de la pajita larga y la corta, estaba ya jugao. Sin elección. Como el barrio donde nos dejaron caer. Las gentes del Atleti de primera generación, no tenían quien les contara. Quien les escribiera. Quien les metiera desde el desayuno hasta la cena sangre y cal en vena. Quienes les hicieran dormir, sin saber si aquél cuento del Expreso de Irún, era cierto o un primer coletazo del sueño. Las gentes del Atleti de primera generación, cayeron como rosas en mitá de un campo minas. Como bombas en pleno jardín. Negaron más veces que Pedro. Quisieron continuar su égida a través del corpachón de un tal Aparicio. A través de las zancadas de Collar. De las melenas al viento del Ratón. De la calva entrañable de Marina. De la electricidad de Paolo. De los ramos de Milinko. De las pecas del Niño. De los quiebros del Kun.

En tanto, en el espacio interior y exterior que todo lo copa, los hay que se obcecan en que, arrebatandonos nuestros símbolos, desaparece el Espíritu. Se subvierte. Se doblega. ¡Ingenuos…!.¿Qué esperaban?. ¿No se acuerdan del desprecio a esa pajita más larga?. Sois los familiares, los amigos o simplemente conocidos. Y mogollón de desconocidos. Nos rodeais por cientos; convivís en nuestros portales, fábricas y oficinas y, ¿aún no habeis entendido lo que elegimos de crios?.

Es que yo, soy de este barrio. Y me la repanfifla sus paseos con farolas chrriguerescas, sus guateques con pocholos y pocholas, y sus cabos escribientes de villa y corte. De mangas. Soy del barrio, chorbo. Y aquí, se beben vinos de la tierra. Que aunque nos la tengan un poquejo quemá, es nuestra y nosotros de ella. Es capaz de echar vides como robles. Y uvas como los del caballo-Espartero.

Lo saben hasta en Oporto.


A D E L A N T E, A T L E T I.-

jueves, 5 de marzo de 2009

Por todos los que no lo vieron

El bicho zapatea sobre la hierba, aculao en las vallas que delimitan el rectángulo de la pradera. El aire sale a empujones a través de sus nasales. Desde las gradas, los hay a espuertas que cuchichean: “está nervioso”. Y en puñaillo los que susurran, “va a comerselos”. Algún bufido lo gasta pa apartarse el pelo que se le viene a los ojos. Dibuja un escorzo sobre el aire, antes de quedarse parao. Cuadrao, como un cabo de la Legión. Fijos los ojos en el horizonte más próximo. Absorto. Hasta que un golpe seco de cuerda, le hace volver el rostro. Y el jaco se encabrita de nuevo en aquél ladrillo de césped, donde ya regateó la Perla Negra. Que fue antes jugadorazo que galeón pirata.
Tras las riendas, hay una armadura. Desgastada. Ajada. Curtida. Vestida de una herrumbre, que se desliza por la collera y el peto hasta agarrar los hierros del guantelete. A través de su óxido, se puede descubrir un blasón que cubre el pecho en sus cuatro cardinales. Un Escudo que muere en escote, enrejado entre ocho barras blancas y rojas. Con una escuadra en su ángulo superior derecho, orlada en azul ultra, sobre la que se esparraman en perfecta formación siete estrellas color nieve. Y que contiene entre su trío de vértices, la figura de un plantígrado intentando ganar la copa de un madroño.
Una adarga en idénticas formas, se apoya sobre su siniestro brazo. Mientras el diestro aguanta la verticalidad de una lanza que suspira por acariciar la barriguita de las nubes con su punta. Siguiendo sus vertiginosas paredes cilíndricas, la vista topa con el yelmo. Precioso. Simbólico. Único. Aquél que, según cuenta la leyenda, llevara el moro Mambrino cuando el caballero Reinaldos descabalgó en aquella de Montalbán. Sí, ese mismo que el rudo Sancho confundiera con una bacía de barbero. Como confundió los gigantes con molinos.
En torno al caballero de la Escotada Figura, no hay pajes ni doncellas. Ni viandas, ni ducados. Ni guadamecís cordobeses que abriguen del socaire a su jaco. Ni piedras preciosas que se entallen sobre sus hierros pulidos por doce brazos de doce tribus. Solo lleva consigo una talega de cuero del Manzanares, bien atada a su cintura. Aguarda, impaciente, al otro lado de la avenida de hierba.

En cuya opuesta parte, se arremolinan gentes y palmeros. En torno a un caballo blanco, tono Santiago, que también culea sobre las maderas que cierran la pista. Cuyo aire sale a borbotones por los morros. Tan grandes. A través de los asientos, se corre la voz de que “va sobrao”. Mientras cuatro, piensan “nos los comemos”. El aire despeina su crin engominada. Se marca un paso andaluz de Nikon, que mata con una inmovilidad a lo victoria. La de la Hispania y el olor a ajo. Quedan sus pupilas gris arrogancia agarrando el horizonte que más a mano le queda. Embobao. En tanto un apretón súbito de riendas, le obliga a girar el cuello en fotogénico ademán. Y el corcel se agita inquieto sobre esa baldosa de verdín, donde ya fueron driblados por el Ratón. Antes de ser Super-.
Sobre la silla incrustada en pedrería, descansa una armadura. Brillante. Pulida. Refulgente. Tocada con una banda blanco norit, que abraza la dorsal, para fundirse en un nudo. Gordiano. Sobre los destellos del pecho, se repuja el escudo de armas. Redondo, a lo Fernando. Partido en su diagonal por una banda azul marino. Mari, no veas que banda… Y una corona en su cúspide. Real. Como la prensa misma.
Blasón que se repite en el relieve y forma en la rodela que soporta su siniestrísimo brazo. En tanto el derecho hace pinza sobre la más enhiesta y lúcida de las lanzas. La lanza. Que traspasa las nubes, sin conocerse entre humanos ni divinos adonde acaba su extremo. Si en realidad acaba… Luego, también deslumbra la celada. Un casco perfecto, simétrico, sin arañazo alguno o rebaba que empañe sus formas. Ese que, según revela la línea editorial, fue manoseado por Amadís. De Jauja.
En derredor del caballero de la Blanquísima, Muy Noble y Purísima Silueta, se arremolinan barones, doñas, bufones y mamporreros. Algunos, se parten el espinazo en recoger sus caramelos, podridos, como los ilegales. Otros, las migajas de su mesa y mantel. Las doncellas insinuan escotes. Los pajes, cuentan los ducados que pone. El cuerno de la abundancia, junta materias con el de la arrogancia. Y los potosís, maravedíes, reales de vellón y doblones, sobresalen por las hendiduras de la armadura. Espera, arrogante, al extremo opuesto de la calle tapizada en hierba.

Cuando la princesita que preside la grada, deja caer el pañuelo, marca Magerit, las monturas emiten un relincho. Empieza la justa. Que acabará siendolo o no. El trote, va dando paso al galope. Como el juego de niños, sobre las rodillas del abuelo. Las crines, comienzan a rozar los pechos. Los escudos, se empiezan a posicionar sobre los costados. Las lanzas, van celebrando su ritual arco hasta colocarse perpendiculares al caballero. Amachambradas sobre los sobacos. Cuyo sudor, se llegará a mezclar con el de la frente.
La primera embestida, es brutal. La segunda, salvaje. A la tercera, no va la vencida, pero sí los jinetes al suelo. Partidas las lanzas, los contendientes echan mano de las espadas. A mandoblazos, dirimen sus cuitas. Pim, pam; pim, pam. Se para un golpe franco. Hay vaselinas que no llegan a su destino. Un ataque a la uruguaya. Faltas a ras de hierba. Estocadas que buscan la grieta entre el armazón. Un pájaro de buen agüero sobrevuela la escena. Pasos largos. Pases cortos. De pecho. Remates a bocajarro. Otra fiera ruge en las inmediaciones. Atajadas de ensueño. Defensas de pesadilla. Pesadillas que se muerden la cola…
Ha comenzado a nevar. Y la sangre, se liga con los copos. Cada cual en su color. Sin mezclarse. El último golpe, resuena en metálico sobre la castellana pradera. Solo lo jalean cuatro. Mientras el público de general y bastón de mando, contempla entre el silencio y el horror, el cuerpo destrozado del caballero de la Blanquísima, Muy Noble y Purísima Silueta, antes de estallarse contra el suelo. No hay polvo que morder. Solo sangre y nieve. El caballero de la Escotada Figura, echa rodilla a tierra, justo al lado de su víctima. Desengominada. Sucia. Magullada. Humana. Coloca con parsimonia, casi ceremoniosamente, la taleguilla que ha venido rodando a golpe de espadón, amarrada a su cintura, sobre el pecho del caído. Apenas se reincorpora, cuatro gatos, del Madrid más gato, se abalanzan sobre el óxido de su armadura y el sudor de su cuerpo. Y así, abrazados, envueltos en brocales de júbilos y pedrería de sentimiento, abandonan a paso quedo el rectángulo de juego.
Dejando envuelto en la talega, ese diente de leche. De aquél hijo perdido para la Causa.


S I E M P R E A T L E T I.-

domingo, 1 de marzo de 2009

Víbrame, Atleti


Cojámonos de las cinturas. Así, bien pegaditos. Echa tus manos, plagás de callos y títulos, sobre mi cuerpo. Que note tu aliento a Ribera, como un perfume que circunda mis miserias. Mírame con esos ojitos de Grande que se hace el pequeño. Háblame de tu primer amor, allá por principios del siglo pasao. Quiero probar de tu elixir de la vida, esa que das y quitas con la misma mano. ¿¡Cómo se puede ser tan vieja, ya la vez tan lozana!?. ¿Cómo logras seguir caminando con la espalda llenita de puñales?. ¿Por qué no siento miedo al abrazarte, mientras las manos se llenan de llagas sangrando penas?. ¡Ay, mi Atleti!…Mitá manantial, mitá acerico. Dame el calor de tu Cuerpo, que tengo frío solo arropao con la bufanda. Susúrrame al oído una miajita de silencios. Muéstrame los sonidos, las algarabías, los éxtasis, a través de tus pupilas rayadas. Sácame a bailar, Atleti. Mientras la coral de difuntos y vivos suena en un enorme piano con teclas en forma de Grada. Una, dos, tres… Entonando una vieja canción de amor, que comienza con un deseo. “Yo me voy al Manzanares”. Como se fueron las niñas de Goya, a jugarse una gallinita ciega. Igual que marcharon aquellos que nos precedieron, llevando petate, honra y ahorros por montera. “Ya estamos en nuestro Campo, y nadie nos ha humillado”. Por entonces, los secuestradores no ejercían de dueños. Era jodido profanar a la Moza. Sin su venia. Tocar sus cabellos. Acariciar su piel. Violentar su boca. No me extraña que los llamaras a la violación, Niña. Eres la más hermosa de la clase. Esa hermosura, que no se compra. Ni va con lo último en maquillaje y sombra de ojos. Esa belleza, que no necesita de liposucciones. Ni de nóminas enteras en centros de belleza. Guapa, como la madre que te parió.

Tócala otra vez, Fútbol. Desde el fondo de la sala. En la penumbra que dejan los años, suspendidos sobre el rayo de luz de la esperanza que se abre tallado en polvo a través de la ventana del tiempo. Tócala, Fútbol, y llevanos enlazaos hacia la claridá. En pasos cortitos, si quieres. Pero llévanos allí. Donde pueda verme el rostro. Y yo pueda ver el suyo. Y nos reconozcamos, el uno al otro. Y nos besemos. Importandonos menos los focos de arriba, que los cuchicheos de abajo. Déjame quererla tal y como fué. Virgen. Doncella. Con esa belleza que no ocultan los harapos. Cada vez que asoma… me cautiva. Otra vez. Como esta noche. Como tantas otras. En la riqueza y en la pobreza. En la enfermedá y en la salud. Me encanta verla cuando se escapa, saltando el jardín del cluz. Y corre a abrazarse a mi cintura. Notando el latir de su pecho sobre mi corazón. Gol…gol…gol…gol… Hoy, me ha vuelto a sonreir. Con esa sonrisa tan extraña, impregnada a partes iguales de felicidá y martirio. La he tenido hasta antes de medianoche. Y hemos desgastao el parqué a ritmo de chotis. Fundidos, pues siempre hemos sido uno que tenía dos mitades. De la cual una de ellas, tiene que correr a su penitenciaría llegada la luna pura. Pa que su vestido se vuelva a convertir en jirones, y su carroza en un carro de buhonero. De charlatán. Esta noche, ha perdido un zapatito de cristal en la carrera. En tanto repicaban sobre el Manzanares las campanadas de la prescripción. Me he agachao a recogerlo. Marca “Coraje y Corazón”. Olía a eau de O’Donnell. Con una gotitas de jazmín de Cuatroca. Y llevaba grabao en un costao, a sangre y nieve, una leyenda corta. Breve. Intensa. Me he sonreido al verla. Porque llorar, dicen que es de nenazas… Quiero que vuelva. ¿Has oído, Fútbol?. Tienes que volvermela a traer… Libre de chulos. Porque nunca fué puta.

S I E M P R E A T L E T I.-