De atléticos a indios y colchoneros, pasando por atletistas

"Y usted, no pise ese Escudo..."
Luis, presidente de honor

viernes, 29 de agosto de 2008

Un culto a un dios

Es asunto serio. Aunque sea un dios de nueva hornada. Un dios espontáneo, errante, que no tenía más feligreses que las ánimas de César, Pompeyo, Craso y toda la cohorte de patricios y plebeyos que nos metieron con calzador en la escuela. Hasta aquella primavera del 91. Lo de menos, fueron los 500 duros; lo de más, el golito de Alfredo. Tanta alegría, no había ni cuadra ni estadio que la pusiera paredes. ¡A Neptuno!. ¡A Neptuno!... ¡Todos a Neptuno!. Dicho y hecho. Que le den por el ojal a la Cibeles, que va sonando a pasarela. Castellana, Recoletos y el mítico Paseo del Prado. Donde la contaminación se abre de patas, pa que huela a Artista. Allá, el Dios de los mares, se pone la mano de visera. “Joder, la que se me viene encima”. Y el mismo aire de artista, subido de tono, le lleva hasta sus mismas manos lacadas en piedra del Guadarrama, una Bufanda que va dando volteretas entre las ráfagas. Una señal divina, no se puede ni debe de tomar a la ligera. Al cuello, y volteo de un tramo a la divina espalda. Acaba de declararse un dios ex_romano. Para convertirse en un hincha ex_celente. Un Dios por y para el Atleti. “Si es que tié pose de uno de Legazpi”, que comentó alguien de por allí. ¡Qué jarreos!. ¡Qué voces!. ¡Qué cánticos la mar de atléticos...! Y cómo sonreía la jodía y bendita deidad, pretendiendo disimular su alegría a través de un rostro de piedra...

Neptuno, es nombre compuesto. Lo que sucede es que, como buen madrileño, se le ha acortao la cuerda pa gastar menos saliva. En realidad, se llama Nept_Uno. Que viene a decir en vetusto, cruzao con rómulo, “Nene, el Uno”. El primero. El masca. El uan. El champions. Que es lo que es Él, y el Club al que representa. Los segundos, para el menda, son fracciones de minuto. Los terceros, mosqueteros de los Tercios. Y los cuartos, sitios oscuros donde habita el hombre del saco. Del quinto, casi levanta y tira de la manta. Del sexto...

La leyenda, que duerme al lado del mito, cuenta que se trata de un ser imponente. De armas tomar. Capaz de levantar olas del tamaño de un estadio. Pasiones de tantas millas que no cogen en los corazones. Y que, según el oráculo de romanos y atléticos, nadie ha de osar provocarlo sin un motivo importante de por medio. Muy importante.

A Él, le jode la espera tanto como a sus hijos. Hace ya una docena de años que no los ve por allí. Porque con los de principio de siglo, ha pedido un “reset” de urgencia a su hermano Júpiter. Y un ábaco de rayos-quemaculos, pa si los vuelve a ver merodear por allí.

Nos echa de menos. Tanto como nosotros a Él. Hay veces que, en medio de la soledad del bullicio de Madrid, nos cruzamos las miradas. Y con media pupila nos citamos para cuando sea, como señores. Sabiendo que ni yo acudo con jofainas, ni el bebe de ellas. Que es un Dios de oro. Al que es sacrilegio ofrendarle platas ni bronces.

Estuve en tu conversión, y estaré en tu honra. El tiempo que tenga los pies sobre el suelo.

Dios NeptUno.

S I E M P R E A T L E T I.-

jueves, 28 de agosto de 2008

Salir de la caverna

Once años hibernando, son muchos años. Sobre todo pa un Oso, agarrado a un Madroño de la pradera de San Isidro, que lo mismo lleva siete Estrellas en orla a escuadra, que un faldón escotao en Rojiblanco. Que este Escudo, no es moco de pavo. Como pa tirarse el lujazo de andar sobando casi una docenita de temporás sin que los chulapos y chulapas (que salieron de Madrí pero están por toa España y parte del extranjero) se den un pingüi por los puestecitos que ponen los guiris en esta feria. La Feria, si quieren ponerle mayúsculas, que de ferias chicas, minúsculas, ridículas y de castigos en casita por portarse mal, andamos sobraos. Y mira que intenta joder el vecinito, cada vez que sale de fies, con la musiquita esa de champions a toda hostia en el organillo. Pa rebozarte en chicuelina y pase de mihura ande va. Y quienes van. El mu tolay. Que tié que agacharse con 1,60 pa salir del portal. Ya lo he comentao en la última reunión de la comunidad: o se le repasa el astao, o va a sufragar los gastos de los chungos en los cercos, Rita la Cantaora.

Pero vamos, que por este mastuerzo, no hay cuidao hoy. Ni me dá pa más que media copla. Por lo que hay de verdá subidón, es por el Atleti. El jodío, cabronazo y bendito Atleti. De sus aromas. Sus templos. Sus gentes. Sus peloteros. Que no por sus peloteados. De los que cruzan el puente Sanisidro. Los que lo hacen desde Marqués de Vadillo. Los que bajan por la Ronda Toledo. De los que lo hacen a través del Paseo de los Melancólicos. Que ya tié su aquél ser 9 veces el máster de la Liga, otras 9 el chanante de la Copa, ser más chulos que un ocho con corbatín, luciendo una Intercontinental sin ganar la Copa de Europa, habernos agenciao una Recopa, y tener ese nombre por Paseo. Será pa disimular. Y que el adversario se confíe.

Pues sí, de esas gentes que comparten barra, acera y cántico, son de las que más se merecen este guirigay. Ellos, pervivirán en el tiempo. Nunca serán mercenarios, y jamás podrán ser clientes. Han ido contando loas desventuras hora a hora, día día, mes a mes, año a año. No tienen sobre su mesa contrato alguno con ningún otro que no sea su Club de toda la vida. Y contrato con el corazón, que es el más duradero de los contratos. Esas gentes, esos atléticos que cantaban antes, durante y después de que jugara un Equipo que ahora pretenden llamar “marca”, siempre están ahí. En mayor o menor número, pero siempre en la brecha. Su claúsula de rescisión, no la puede pagar nadie. No hay dinero, pa comprar una afición. Como si fuera un paquete de clientes deslumbrados por una publi chachipé y unos MP3s de regalito pa cerrar el camelo. ¿Empresas?. ¿Clientes?. Me harpo la caja. Que no es precisamente de caudales. Que los hay que vamos por otros registros. Espabilaos.

Hoy es un día especial para el Atleti. Que parece grande por todos esos años hibernando a pan, palo y agua, en la cueva. Este, es el lugar natural del Atleti. Y su Historia, así lo dicta. Por poner un número, sobre una década, se puede faltar en dos o tres ocasiones a la cita de la Copa de Europa. Pero se DEBE exigir estar en otras siete u ocho. Y pelear Ligas con naturalidad. Incluso, qué coño, ganar alguna. Y levantar Copa, que no se nos dá del todo mal.

Este, es el Atleti al paso con su Historia. Y los que le queremos de corazón, no podemos conformarnos con que se bajen peldaños. Al menos, aguantarlos. Y puestos a elegir, subirlos. Que aquí nadie ni es tarao, ni tonto, ni gilipoyas, ni perdedor, ni pupas, ni hostias de esas de las que alguno pretende hacernos catecismo. Porque están ciscaos.

Que vuelva el Atleti.

Pasamos. Pero regodearse largamente en la victoria sin preparar la nueva batalla, es de necios.

S I E M P R E A T L E T I.-

PD: No aplaudiré más finales de partido, hasta que los trabajadores a los que pago (junto con otros cientos de miles de compañeros más) no salgan al centro del Campo a saludar, no a mí, sino a los otros cientos de miles de compañeros que se dejan el alma.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Soneto del sí pasarán

Huyan los miedos a golpe de canción,

llegue el sueño al toque de corneta;

campen huestes de a once en la moqueta,

tras los quiebros del que dice ser balón.




Pues, derrochando coraje y corazón,

téngase el adversario ya en porreta,

en nada más ver nuestra Camiseta

sease cristiano, árabe o teutón.




Que caidos los contamos por pares,

pretendiendo cagar en este huerto

de donde sale uno, acudiendo dos.




¿Qué aromas traenos hoy el Manzanares?

¡Diríase, alemán, que canta a muerto...!

Si el Atleti queda en pie... ¿no sereis vos?



S I E M P R E A T L E T I.-




PD: a la memoria de un atletista, de cuyo recuerdo nos han llegado más sus versos que su afición al Atleti. Grande, don Francisco. Ajústese los quevedos desde el 3er Anfiteatro.

lunes, 25 de agosto de 2008

Ese sí que fué un partido...

Abel, bota un par de veces el balón. El “9” rival, se va alejando con desgana del área. Dos rectángulos en subconjunto, donde comparte Reina-do con el Cacique. Del área. Hoy, no está por ahí; su busto en papel recortado se pega con fiereza a la plastilina que da empaque a una chapa de Mirinda, en la acera pintada a tiza de una calle de Carabanchel. Así es que el de Velada, echa el esférico al césped, para que ruede hasta los aledaños del Patizambo. Que lo sonríe. Momentos antes de que Luiz salga de la zaga con ese extraño paso, mientras el adversario de turno se mira los bajos echando en falta una sotana con pesas en la sisa. ¡Pa partirse de sisa...!. Ha metido el balón sobre Calleja, que amaga carrera, se frena en seco, y devuelve en horizontal sobre Aparicio. Éste, levanta la mirada. El Calderón susurra. Ayala acaba de convertirse en un cromo que cotiza en el rastro a precio de barril de crudo de comienzos del XXI, y decide esta vez abrir a la banda derecha. Hasta allá, ha bajado Luis. Zapatones, que rima con atributos masculinos, escucha de fondo como Helenio Herrera pretende que ceda sobre Juncosa. “¡Qué pelotas!-piensa el de Hortaleza- Si éste tenía hoy una reprografía en tinta china p’al cuartel de Aviación, es el tema... Además, ¡Luis hace lo que le sale de los cojones..!.”. Y endiña un cambio de juego, de precisión tal y tal, que la bola se posa sobre el mismo empeine de Escudero. Arranca, vivaz, en blanco Carlsson y negro Jones, pa trabajarse una pared con escuadra y cartabón sobre el chiflido de Kiko. El jerezano, mira hacia la Gradona, en tanto su balón se dirige al lateral. Mendoça, que entiende de estos lenguajes, le ha visto la intención desde Mozambique, que está más allá de Parla. Parla el mismo idioma que Ben Barek, el cual hace a su vez suyo ese balón que va pasando por museos del Prado con patas y Rojiblancos uniformes. Visto todo a través del Cristal de una Delantera. Más adelante Peiró, no puede doblarle por el ala. “¡Infiernos!, dijo que sería portada de un rotativo deportivo, y no podría venir...”. Sin embargo, aparece por allá un melenudo de la compañía eléctrica portuguesa. Tómala, Paolo. El costado izquierdo del Retiro, se convierte en Valdesquí. Los contrarios, en banderines de eslalon... Y, aún así, una figura-centella aparece pasándole por la misma zurda, dándole los intermitentes con los botones de la Camisola; y Futre se lo dá en profundidad. Collar, se deshace por pura pierna del penúltimo defensor, antes de impactar con furia sobre el bajo vientre del esférico, levantándolo hacia la media luna del área rival. El Cholo, acude a prolongar con la testa-terona. Ha comprobado que Adelardo no podía entrar, pues permanecía aún en una foto levantando una Intercontinental, pero sí el Ingeniero. Llega a plomo. El cuero le queda un poco largo. Aún así, se abalanza sobre él en plancha, y conecta un cabezazo que acude al rinconcito que dibuja la escuadra. Las redes se mueven. “¡¡¡Gooooool!!!”, grita el Fondo Sur descolgándose en una vertiginosa avalancha. El vuelo de las palomas, regresa a su cita con las gradas. Las copitas de coñá se derraman sobre el cemento. Las bufandas, vuelan. Los sudores, se mezclan. El niño que veía los dibujos animados del Kum, ha hincado las rodillas sobre el césped, extendiendo los brazos al cielo del manzanares. Y a su vera, corre a estrujarle un ladrón de balones apodado Vavá. Marcel Domingo, corre enfervorizado de un lado a otro del banquillo. Griffa, se baja de un póster para abrazarse a Vizcaíno. Pues vizcaínos fueron aquellos que idearon esta maravillosa locura abreviada. “Atleti”, decimos.

S I E M P R E A T L E T I.-

PD: pocos en el papel, TODOS en el recuerdo.

viernes, 22 de agosto de 2008

De dónde se narra el episodio de los giles de viento (cap.1)

En aquesto, descubrieron en la lontananza un puñado de molinos de viento que hay en aquella Ribera; y así como don Alonso los vió, dirigiose a su escudero en estos términos:

- La ventura va tomando cumplida guía de nuestras cosas en más providencia de lo que acertáramos a desear. Pues has de ver allí, amigo Sanchio, do se descubren a los ojos una camada de desaforados gilistas, con quien pienso trabar singular batalla, y quitarles a todos ellos, si no la vida, si la presa, con el afán de devolverla a sus legítimas gentes, sus socios; que aquesta es buena guerra, y es gran servicio de Dios cercenar tamaña cizaña malaya sobre la faz de la Tierra.

- ¿Qué gilistas?- preguntó a la sazón Sanchio Repanza, en tanto rascábase la mollera.

- Aquellos que allí ves- respondió el Hidalgo- de los brazos largos, las manos en más y níveos guanteletes. Que los suelen tener alguno de casi dos leguas. De la misma guisa que el rostro. O que el morro, como veredes bien, mi apreciado Sanchio...

- Mire vuesa merced- contestó el escudero- que aquellos que sobre el horizonte recortan no son gilistas, sino molinos de viento, y lo que en ellos dan en parecer a vos brazos, son en realidad las aspas que, volteadas del viento, han de poner en marcha la piedra del mesmo molino.

- Bien parece- tomó la palabra el Quijano- que no estais ni cursado ni licenciado en aquesta cuita de las aventuras: ellos, gilistas son, del linaje más excelso; y si guardais temor o miedo, apartaros del trazar de mi montura y poneros en oración, que mi lanza presta acude a trabar fiero y desigual combate.

Y, en diciendo aquesto, marcó de espuela a su caballo Puertacero, sin atender a las protestas que su escudero le iba dando, advirtiéndole a voz en grito que, sin duda alguna, eran molinos de viento y no giles de los candiles aquellos a los que tenía en pretensión acometer. Mas cabalgaba su dueño tan en la certeza de que aquellos desaforados que enfrente hallaba eran gigantes, que no tomaba atención de las advertencias del escudero, ni torcía su brazo a la par de su vista, según acercábase a los enemigos, que él tomaba por gilistas del clan de los gil, a grado tal, pues no paraba de hacer en voces:

- Non fuyades, cobardes y prescritas criaturas, que un solo caballero de la muy noble orden de los Mindundis, es el que os acomete.

Levantóse en el momento un tanto de viento, e hizo que las aspas echaranse a movimiento; todo lo cual, presenciado por el hidalgo a unas varas ya de la punta de su lanza, provocó de segundas su exclamación.

- Daros por caídos. Pues aunque movais más los brazos que pudiere hacerlo vuestra ascendencia en las termas de telecinco, me los habreis de pagar todos vuesos pecados en un mesmo plazo.- y en diciendo aquesto, en tanto encomendábase de todo corazón a su señora doña Vicenta del Manzanares, pidiéndole que en trance tal hallara de él socorro, bien cubierto de su rodela VilladeMadrid, con su lanza Balonmanus en el ristre, arremetió a todo el galope de Puertacero, embistiendo de tal guisa al primero de los molinos que halló a su paso y, asestandole lanzada tal en su peluca que, volviéndola el viento con igual ímpetu, medró facer la lanza pedazos, llevándose en su impulso tras de sí tanto a caballo como a caballero, y saliendo ambos trastabillados y rodados a través de la costanilla del baldío.

Acudió presto Sanchio Repanza a socorrello, a toda la priesa que daba su rucio, y cuando llegó al escenario, halló que su amo non podía mover hueso alguno, tal fue el golpe que jinete y montura se habían cobrado de la hazaña.

-¡Valame Dios!-dijo Sanchio- ¿No le advertí yo a vuesa merced que tomase buenos ojos de lo que hacía, que no eran sino molinos de viento, y no los podía ignorar sino aquél que llevase otras majadurías en la cabeza?

- Calla, amigo Sancho- tomó respuesta don Alonso- que las cosas de la guerra, más que cualesquiera otras, hállanse sujetas a continua mudanza; cuanto más, que dame por pensar, y ansí estoy en lo cierto, que aquél voluminoso hombre de la Venezuela y el manzanares naveghable que robóme aposento y libros, vuelto ha estos gilitos en seres de guiñol y peluca. Y voto a Bríos, con pelos como escarpias, de acero y forja, de según han volteadome.

Coño, Sanchio, que más que una peluca paice la piel de un jabalí medalla de oro.

S I E M P R E C A L V O S.

Una vez caídos los pelos de tonto.

jueves, 21 de agosto de 2008

Popurrí (V.1)

Vaya por delante mi solidaridad para con todos los afectados por el accidente aéreo de ayer en Barajas. La muerte, para los terrícolas que no la entendemos ni nos acostumbramos, siempre resulta fatídica, inoportuna y en muchos casos, cruel. Cuando llega en oleadas que se cuentan por decenas, de un golpe, bajo el efectismo de una avión, un tren o una torre, golpea más duro si cabe. De cualquier modo, ese crespón que figura en la cabecera va en honor y recuerdo también de todos aquellos anónimos difuntos que se cobra en goteo la carretera, el tajo en la obra, los infartos en la calle y tantas otras causas diarias que, por no producirse en masa, caen en el anonimato. Un momento de silencio para recordar a todos. Atléticos o no.

...

Antes del partido de la Selección sin ningún jugador del Atleti (más que en el subconsciente), me enteré de que al presidente de Señales de Humo, José Luis Sánchez, se le había vetado la renovación del abono por parte del Club. O más bien de la SAD, porque el Club nunca negaría ni el pan ni la sal a uno de sus hijos. Por muchas patillas que tuviera. Aunque pa patilla, los directivos en pareja de dos. Que se quedaron al Atleti por la ídem. Así es que, ya sabe el que solo lo intuyeran como se las gasta el clan de los wantes blancos. En algún caso, wantes y hasta camisetas blancas. Con el “1”, pa no levantar sospechas. Tié huevos que un tipo que posa con la ropa de Voldemort, y otro que se solaza de que el gran kudú le regale una bolsita con el escudo de las mozitas madrileñas y el noble y bélico adalid, retire el pasaporte material a un Atlético de toda la vida... Cosas más extrañas veredes, amigo Sancho. Y contáredes, amigos de mis enemigos. Pues a pesar de que todos semos iguales ante la Ley, que lo dice la consti, al apellido “Sánchez” le quedan muchos veranos pa arrimarse siquiera al “relaño”. “Abellán”. “Zapatero”. Y no te digo ná al “borbón”... Ya te dije, Jose Luis Sánchez, pa lo que necesites.

Ya durante el partido de la Selección sin ningún jugador del Atleti (más que en el subconsciente), uno se encuentra con... Butragueño. Hubo en tiempo, llamado “butraengaño”. Y la verdá, no hay que quitarle mérito al chico. Después de crearse una aureola eterna tras tres temporadas y media de buen juego, ha rizao el rizo. El menda más soso e insustancial que posiblemente para el balompié patrio, acaba ejerciendo como comentarista de TVE. Como lo oyen. Después de rascarme con sorna las orejas, e incluso acudir a los bastoncillos de los nenes, lo que oía era más cierto que el pantallazo que ahora están viendo. Una conversación entre el ahora flamante comentarista, adorador de seres superiores, y el director deportivo de la Selección, alias “locutor”, no tendría precio. Por favor, paso a los mimos. En tanto se le otroga en pública ceremonia un cum laude a Butraengaño. Más engañador que nunca, que diría nuestro añorado Héctor del Mar. El chaval, no hay que negarselo, tié su aquél pa engañar en activo y en retirao.

Y una vez finalizado el partido de la Selección sin ningún jugador del Atleti (más que en el subconsciente), se hace de madrugada tras la sobadita de rigor, y me despierto con que abro la sección del Atleti en marca y, viola. O se ha metido un hacker, o nos la han metío con queso. Aparece un tipo con una bufanda del Valencia desplegada. “Recórcholis, reposición del Retorno del Becario”. Coñe, si el texto va al tema... No se qué de Banega de refilón, y la vida y obra de un tal Maduro... Y abajo, que si Juande y su mega Tottenham, con Forlán de por medio... Vaya, andamos caninos. Habrá que currarse otra entrega por fascículos incompletos de la sentencia de apropiación indebida cometida sobre el Atlético de Madrid. Fue mano de santo en su día. ¿Verdá, caridad?.

N U N C A J U G U E T E S.

(Y si lo parecemos, es pa disimular)

miércoles, 20 de agosto de 2008

A las tabas

Me propuse no dar cera esta semana tan importante. No es que crea que esto es la página central de cualquier periódico de tirada; ni “radio 11:30”, donde el turrón está en las audiencias más que en las verdades del barquero. Dependiendo de la barca. No. Tampoco es que piense en la banalidad cruzada con egocentrismo que lanza el anatema: “desde los foros y blogs, con ese lenguaje de pesimismo y protesta, se desestabiliza al Club”. Coño, llevo mogollón de años estabilizado y uno sin enterarse... Cómo si un solo artículo de manolete y una primicia de antoñito (el que cuenta 168 como el Dustin Hoffmann las cerillas) no se llevara por el desagüe en un chasquío de dedos esas decenas de buenos artículos que me parecen se escriben tanto en un lugar como en otro, en el aún residual Internet. De los que cuentan que los jugadores nos leen, y se pueden descentrar, directamente no hago ni puñetero caso. ¿Qué será de ese pre-descentrao con miles de gargantas ciriandose en su ascendencia y descendencia (no tienen los santos varones y devotas damas nada que ver, pero en Fútbol, “juegan”) en un hipótetico partido a vida o muerte, en un estadio rival...?.

Una de mordida de uñas. Que no. Que lo que importa es el Atleti, su Equipo y el crucial encuentro de la semana que viene. De donde penden la friolera de una alineación, pero con años en vez de jugadores. Lo han entendío hasta los talibanes de La 0. Esos tipos y tipas que pasan una horita antes del encuentro de turno a calentar laringes por donde entra la gente chachi. A recordarles que son prescritos culpables de robar el propio Club del que se creen césares y calígulas. Allá, donde algunas emisoras se fijan más en las rimas de las estrofas que en la certeza de lo que entonan. Total, esos opositores sin pasta de La 0, jamás les invitarán a cenar. Ni a su yate. Ni les ofrecerán chalés a precio ganga. Ni podrán hacer ná por su primo, más que pasarle el mini en algún caso o un resumen de la sentencia en otro. Y enseñarles el Himo en do sostenido. De pecho.

La suerte está echá. Me uno a la sección animación por ordenador. Y dejo mi curriculum ingresao en la cofradía del mando a distancia. Declarada huelga de protestas caídas en versión entrenador-jugadores. Pongo mi granito de arena en estos tiempos tan de salto de calidad, pa que ningún camarada quiera tacharme de mal atlético. Como aquellos que deseaban que el Atleti ganara al Barça, pa que la Liga se la llevara el innombrable. Manolete, mandas esta semana (también), “figura”. No vayas a joder la parva tú, ahora...

Así es que, ná; se queden ustedes en ascuas con el título del mensaje, que aquí el cura no da más homilía. Por hoy. Y sobre este catecismo. Quédome haciendo cruces, presignaciones y hasta sudokus. Otra vez, manque me joda, voy a tener que encomendarme a Futre... Qué digo, el Kun. Se me va el santo al Olimpo. Antes de conocer si se pirará al Benfica, discutirá con Luis o preferirá el Milan. Y si nos ayudará en una copilla del Rey, aunque sea...Chapo antes de que se caliente la húmeda. Que uno no tiene una igual o mejor pa reponerla.

¿S I E M P R E? A N I M A D O R E S.

PD: Kosechi y Pedro, son los únicos dueños de mis pensamientos futboleros actuales. Si ellos lo consiguieron... Junto al Calderón... Dejo el “video del día” a piñón fijo. Pa los descreídos. Y dejen los refranes sobre flautas y burros, que no va de eso el paño.

lunes, 18 de agosto de 2008

Desde Rusia con... amor

Ya está aquí. A la vuelta de la esquina. Ni mexicas con apellido de abrazo carlista, ni post-hippys forrados a la sombra de un garaje alquilado por el tío Bill. Nada, colegui, un ex_soviet. De la Rusia profunda. Tan profunda, que cuentan que tiene petróleo en el subsuelo pa poner de chapapote todo el litorial patrio. (Codazo) Hasta con moviola. Y si le falla el oro negro, ahí tiene el gas. Que no es moco de pavo. Te puede hacer campeón de Europa a ti, y ya no sufrirás más por la Mari y el cachas que le sube la bombona de butano. Entubá la nación como los escenarios del Oldfield. Two for one.

- ¡¡No jodas!!

Lo que yo te diga. Un abramovich de esos, pero más mejor. A éste solo se le ven los rublos de momento, y los pecados para dentro de unos años. ¡Qué igual ni los tiene...!. El del quinto, dice que se enamoró del Escotado a Rayas con la Osa y el Arbusto a raíz del partidito de UEFA. El que fuimos a jugar contra los del gremio del ferrocarril. Que le hacía tilín el Atleti desde los 13 añitos, en que vió a Capón (toc). Hay por ahí circulando una fotillo de él de zagal. Sale retratao soplando una tarta con la zamarra del CSKA; pero dicen que publicidad coreana acentuada en la “a”, que eso es obra del fotosop... y unos cabrones, claro. ¿Lo ves?, si es que siempre dije que el salir por el extranjero nos vendría hasta bien.... Pues ya le tenemos aquí. Verle, es más jodío, porque el gachó no es mu alto, y va empapelao de guardaespaldas. Comentan que la rehala son ex_KGB. Tios como varales que le persiguen hasta en la noche de bodas. Y eso, da mucho caché, no me lo negarás.

Pues este va a ser el mesías, sí señor. Si no mira el Chelsi ese, que era más de barrio que el puesto de las chuches, y ahora parece el príncipe de Zamunda. Aquí, los mascas, tién el dinero por castigo. Se bañan en jacuzzis como piscinas, perfumados con chavalas de a diez o doce, mientras les enchufa el canal Vodka. A lo inmenso, tron. Son ángeles caídos del cielo, que vienen a traer la avenida de la paz y el metro de prosperidad allá donde toquen sus santos pies. Que sí, que estos ex_bolcheviques reconvertíos se hacen un turulo con la deuda y nos ponen un campo de flipar... ¿El nombre?... Coño, no seas tan quisquilloso que yo tampoco sé cosaco... Pero vamos, si me traen al Kaká (pa dar por ídem), al Terry, un portero como el de Pachá, me montan una defensa a lo paso de las Termópilas y le atan en corto cuatro o cinco añitos al Kun, les bailo la perestroika esa en tó lo alto del palo de la fregona. Sin cinturón de castidad.

La verdad, los que había me caían mu mal. Pusieron mucho dinero de su bolsillo, nos defendieron con el lío ese del anuncio del metro, nos sacaron de segunda y todo eso... Pero no salían apenas por la tele. Mucho menos que el Florentino o el Laporta ese. Y, además, parecía que tenían mú mala suerte, aún ganando una Intertoto... Y mira que tuvimos “este año sí”...

Estos prendas, son los que nos harán grandes. Si no, mírate la historia. Desde Edouard Hachask, a Vixen Kalderonov. Sentimiento, tío. El Atleti es Sentimiento...

¡Cagüen la putin, menudo maná!

¿Sabe alguien algo más del “ruso”?

Te dejo. Corro a poner “filete” y “demis” en el google, que estoy en ascuas...

S I E M P R E L I B R E S.


Cuatro gatos

Pudiera pasar por un título inédito de Agatha Christie. Por un enigma quizás, propio de un relato de Allan Poe. Hasta por un título de cartelera, que huya del apostólico “12” de los monos, o del gafe del “13” de las rosas. Podría... Pero lo que en realidad significa, para el trato callejero, es una ausencia de cifra. O una cifra muy mínima, para ser más exactos. Así, cuatro gatos fueron los que se alzaron en la plaza de Tiananmen. Como cuatro gatas se pusieron pañuelo de madre viuda en la Plaza de Mayo. Cuatro gatos cogieron las armas en Sierra Madre; y a razón de un número similar les dijeron que naranjas de la China a los soviets en Afganistán. Esto, con el politiqueo.

Si tiramos de Ciencia, nos vamos pa Triana. Dos gatos, hermanos por más señas, permiten que a día de hoy sea posible que desde que amanezca, apetezca. Aún contando con 35 mm. O el perro del hortelano por catódicos. Como otros dos gatos, de nombre Daimler y Benz, permiten que se corra a 200 y muchos kms/h por esas autopistas de Dios y del Demonio. También una pareja de gatos, disfrazados de científicos chinos, hicieron saltar por los aires el misterio matemático de Poincaré. Según cuenta el buscador doméstico, galán...

Por tríos, no me viene nada. Ni de gatos, ni de gatas. Y por cuadrigas o cuadrillas, ni lo he intentao... ¡Ah!, por un-bravo-gato-uno, sale la de San Quintín. Que si Franklin y su pararrayos, que si Newton y su manzana en la mocha, que si Guillotine y su cuchilla de afeitar laringes, que si Morse y su t-e-l-é-g-r-a-f-o, miren a Edison a través de una lucecilla, o como Fulton remonta el río en su vapor sin garbanzos... Jodo, los inventos que habrá podido hacer un solo gato. Con solo decidir que iba a sacarse las manos de los bolsillos. Así es que no se tiren el pisto, que pa descubrir la fregona, solo hizo falta uno, y no cuatro.

Metidos en faena propia, la del Deporte, los cuatro gatos también tienen su papel. Por ejemplo, son cuatro gatos los que protestan en La 0. Así como cuatro gatos los que entonan el Himno entero en el calentamiento. Cuatro gatos los que animan más allá del momentito gol. Cuatro gatos, con gatas, los que se desplazan a gateras ajenas a seguir al Equipo. La propia afición de Ribera y Rayas, son cuatro gatos si se la compara con la del vecinito inflao de enfrente...

Ya ven, que disertación más tonta sobre los lados de un cuadrado, hecho megamix con los felinos menores. En realidad, debe de ser un mote que no moleste demasiao. Pues nadie dice “cuatro mosquitos”. “Cuatro moscas”. “Cuatro borregos”. Así es que, en estas épocas tan demócratas donde se valora tanto a las minorías, ser gato debe de inferir un caché que te rilas. Aunque vayas solo con otros tres. Y claro, siempre y cuando no te aplasten las suelas XXL de Zapatero o Rajoy. De Ramón C. o Laporta. De manolete o roncero.

Así es que hala, mis bendiciones; sigan tirándose a las canillas de Vicente. Allá, donde vaya la gente.

Por cuatro gatos no somos tornillos en serie, tan cavernícolas como lobotomizados.

Gracias de corazón, Cuatrogatos.

N U N C A P L A S T I L I N A.


jueves, 14 de agosto de 2008

Las chapas de los '80

Eran oro en paño. Brillaban encima de los suelos desconchados de los bares, como pequeños diamantes que aguardaban una reencarnación fuera de la boca de la botella. Convertidas en cuerpos metálicos, con unas entrañas en plastilina o cera, que sirvieran a la vez de cuello. Sobre los que aguantar aquél cromo recortado en redondo, desde los hombros del héroe hasta más allá de la coronilla. Un círculo mágico, que envolvía las caras a color de un tal Mejías. De un tal Quique Ramos. La de uno llamado Marina. O la de "Artechenbauer". La de Balbino. O Marcelino. La del "Negro" Cabrera... Las había de cojón de gallo. Cromos que se cotizaban del copón en el mercao negro. De esos que deslumbraban, cuando llegabas a contemplar (de refilón) que verdaderamente existían, ante un chaval que por su sola posesión parecía más importante que el presidente de la Nación. Podía hasta caersete una lágrima cuando le metías la tijera de coser de mamá, con ánimo de transmutar el cromo en un super-acerado defensor de la causa atlética. Chapado a la moderna, aunque ahora las plays lo releguen a la antigua.
Lo dicho, una buena chapa de base, pulida en cualquier raspao de cemento armado, pa que deslizara mejor. Un tocho de plastilina, bien prensá, y rebosante. Y la efigie del héroe en redondo, rutilante. Al que se le ponía desde ya un garbanzo a guisa de balón; sin previas de física, ni estiramientos, ni hostias en vinagre. ¡A jugar!, como diría aquél.

Sobre campos de acera, donde las llagas del cemento eran igual trampas que favores.
Con las bandas, los fondos y las áreas bien delimitadas por una tiza de a 8. O un yesón del 12. Tirados todo lo recto que permitía un pulso todavía infantil. Delimitando porterías de cartón. O de artesanía popular nunca premiada: palos de los de verdad, pintados en blanco, con una base en negro, y enganchados con cualquier aglutinante a unas redecillas fruteras, que servían como unas impecables mallas. Si iban en rojo, y se les era capaz de colorear unas rayas en blanco; miel sobre hojuelas. La caña.

Y aquellos rosotros "antiguos" chapados en plastilina, cobraban vida sobre el árido. Con su saque de centro, y de banda, y aquellas faltas memorables haciendo volar la legumbre por encima de las barreras de pepsi y mirinda borradas, y unos efectos que ni el proscrito del Cunningham; y unos paradones de castañuelas, con aquel portero a lo mazinger Z, empapelado de plastilina hasta las trancas, sobre un macrotapón de Casera... Coño, pero si había hasta faltas. Y una sonrisa cómplice, cuando el bigotudo de Santander se hacía valer a pata-chapa por las inmediaciones del área propia. "Cualquiera..."

Ahora, alguno entendereis la razón por la que otros aparecemos en esas fotos de época, aderezados con unos gigantescos parches de imitación a cuero bajo los muslos. Eran las rodilleras. Esos míticos remiendos ovalados, que servían para joderlos unos tras otros en aquellas aceras de dios. Tras reventar el tergal de los pantalones.

Eso, era jugando. En la vida real, los niños atléticos no necesitabamos arrodillarnos. No se podía. Ni con la palabra, ni con los actos. Creo recordar, que eramos críos orgullosos. Que íbamos de tú a tú, y sin complejos. Porque, teníamos detrás a un Club que era igual que nosotros.
No eramos mejores. Solo, quizás, distintos.

Eso, tirando de los '80. Si, miramos debajo de la manta de los '70. O los '60. O los '50. O del Aviación... Habrá quién te cuente, que cogía el cielo con la yema de los dedos.

Aunque le toque la play XV, deseo fervientemente que mis criaturas, jueguen a las chapas.
Al menos, en su pensamiento.
En su corazón.

¿Doblar a un Atlético?
Anda, ya.

S I E M P R E A T L E T I.-

miércoles, 13 de agosto de 2008

El tren de las 20:45

No pasa a menudo por la parte más sureña del distrito de Latina. Allá donde las virgenes tienen puerto, al abrigo del meandro del Manzanares más castizo. Todavía es posible contemplar, si el viajero no desea posponer el viaje a ese Madrid que aún huele a gallinejas y cañas, la vieja Estación. Desubicada, obsoleta y fastidiosa Estación. Según rezan los gurús de la construcción, la plusvalía y el compadreo. Un colosal edificio, a cuyos portales se le dicen “vomitorios”, que va arrancando un doblez al Río para acunar entre sus márgenes las anchas espaldas que desde mediados de siglo, dan en llamar los naturales “tribuna”. Aunque haga lustros que aquél balcón de césares no acoge a tribunos, sino a rinconetes. Y mucho, mucho cortadillo. En futbolera bacanal, cogidos de la mano de lazarillos y ciegos. Desterrados los quijotes. Quizás porque el vapor ha entrado en desuso, y con el los códigos de caballería. A favor del ave. De presa, de rapiña, o de marca. Acme.

La cuestión es que por allí pasaba un tren, que hará ya una plantilla más un cambio, no aparece. Ni por lo civil, ni por lo criminal, ni por lo penal. Un tren prescrito. Un tren fantasma. Al que la leyenda de su propio paso, provoca aún que se mantenga en el subconsciente de miles y miles de viajeros. De esos que si no van en su tren, no montan en ningún otro. ¡Qué grande era nuestro tren...!. Y así, la Estación se puebla de zagales bullangueros con peluco incorporado en el móvil de última generación, que solo lo escucharon de oídas. De adolescentes que contemplaron su vagón de cola, y a los que apenas le alcanza el recuerdo. De talluditos que abrieron los ojos como platos al sentirlo pasar a unos metros de su respiración, y que lo llevan grabao con la fuerza de una mili. De abuelos que se quedaron sin ella al ser testigos de cómo sacaban a hombros a uno de los uniformaos de sus mismas calderas, mientras oían la música del Madrid de organillo y verbena. De enciclopedias andantes que dieron fé mediante sus años de otros apeaderos, con nombres de generales, descansos o compañías de transporte que jalonan su prodigiosa memoria. La Estación, cuida de todos. Como una inmensa madre de cemento, vestidita de azul-cristal. Con su camisita y su Fondo Sur. Una sucesión de Pirámides de ilusiones, conectada mediante un paseo por cuyos adoquines los melancólicos andan a paso de hincha el tramo que les separa de la esperanza. Donde han puesto su alma a descansar, sentada sobre la acera. Para ponerla de puntillas al toque de queda. A la diana floreada. Mientras dibujan muescas de presidiario sobre la pintura de las farolas. Aguardando a que pase el tren.

“¡Ya ha salido!”. La voz corre como el ala infernal. Las memorias se agitan, y los sentimientos echan sus primeros brotes de temporada. Hechos por fin voces y materia. Como si despertaran de una pesadilla cincelada en sinsabores, con la brevedad que se deduce tras un número apostólico. “12”, no serán muchos en discípulos. Pero no vean en años... “Dicen que ha partido de la Alemania minera”, aventuran otros. Que allá han subido sus peldaños unas centenas de adelantados. De impenitentes. De acérrimos. Esto, no hay quien lo pare. Caen las primeras lágrimas, de emoción desnuda. Incipientes risas, de felicidad incontenida. Indisimulados gestos de rabia, acumulados cuales montecristos sobre sus prisiones en islas de ensueños. Algunos silencios. Bastantes gritos. Muchos cánticos. Infinidad de rezos. Ha salido el tren, damas y caballeros. Y todos saben que hay que cogerlo. Demasiados viajes con cartulinas cutres pintadas de un sol radiante que se desparrama sobre bucólicos paisajes. Dibujos de párvulos sostenidos por hombres de letras, micros, biologías y celuloide tapando las ventanillas de los costados, mientras se circulaba por túneles infinitos. Macabros. De nombres y apellidos a los que cualquier memoria rayada en Rojiblanco se apresura ahuyentar a patadas. A gorrazos. A huevazos. Ahora, ha llegado. Por fin. A ver quién es el guapo que nos tira; ni en marcha, ni paraos.

“¡¡¡Pi, piiiiiiii!!!. ¡¡El tren de las 20:45, con salida en Gelsenkirchen, está a punto de partir!!. ¡Pasajeros al tren!”

Y cuentan las crónicas que hay cientos de miles de ellos, nacidos todos en el año de nuestro señor de 1903, que no les bajarán ni con agua caliente hasta que lleguen a la Ciudad Eterna. Pues eterna fue la espera.

¡¡¡Hurra por el tren!!!

¡¡¡Larga vida a nuestro Apeadero!!!

¡¡¡Vivan los quintos de 1903!!!

S I E M P R E A T L E T I.-

lunes, 11 de agosto de 2008

El vuelo de las palomas

Dicen los más tarrillas del lugar, a este lado del Río que, hace algún tiempo, miles de palomas albinas volaban a ras de Grada. Y mientras lo cuentan, se pasan la mano por la frente, con ese gesto tan pausado como majestuoso, que sólo los más viejos saben representar. Pretendiendo con él invocar al dios Recuerdo, el más apaleado de los dioses atléticos que todavía a día de hoy sobreviven. Porque sí, don Bernardo, ¿de qué te sirve haber vivido si luego no puedes recordarlo?.

Estos hombres, forjados en el Atleti casi con “h”, que les contaron de calzonas en Retiro y vieron Escudos alados en el Metropolitano, cuentan algunas lenguas que ríase usté de ciertos cuentos de los hermanos Grimm. Pues no son leyendas de seres fabulosos y extranjeros, no. Se trata de mitologías de hombres mitá atléticos, mitá cojonudos. Y de Casa todos. Porque el que se siente atletista, ya puede ser del último rincón de La Plata, o venir de la más remota fabela rozá con el Amazonas, que es uno de los nuestros. Madrid, nada más y nada menos que es el punto de encuentro. Ande la Casa es materia, y no solo espíritu. ¿Verdá, don Vicente...?

Y entre fábula, cuento y batalla escocesa, sale a relucir ese vuelo. Una explosión de colombofilia que prendía de un confín al otro del trocito de Reina Victoria que era corazón puro. En forma de escalones, marcadores a manoplilla y casetas de vestuarios ande Cristo perdió el mechero. Allí mismo, dicen estos antiguos que comenzaba. Un vulgar pañuelo, sacado del bolsillo de la americana, o la zamarra de pana. Como si de un Houdini de latina o Retiro se tratase, lo transformaba en una paloma, con solo agitarlo un par de veces al viento de Madrid. Como de nieve. Del otro color que da lustre al rojo de las rayas. Esas, que vinieron de allende el Canal de la Mancha, donde algún britis había parido un balón hace ya dos siglos... ¿Verdad, don Enrique?. De Acha, que aquí casi siempre han existido “enriques” señores.

¡A volar!. Miles de pañuelos convertidos en palomas que impregnaban de vida aquél anfiteatro de cemento, ladrillo y golpes de yeso. El que quedaba frío tras los tres pitidos finales. El que echaba de menos a sus legítimos y únicos dueños, los que pelearon de pequeños por los Escudos que abajo dirimían a cuero y patada las batallas, y le daban honra a cada encuentro. Esos, que se daban una jartá a apoyar y aplaudir a los suyos, sí, eran los herederos legales de las palomas. De sus vuelos. Lo mismo para elevar al olimpo un golazo por la escuadra de su “9”, que una tarde nefasta de su central. Igual para explicarle al Equipo, a través de miles de palomas que lo estaba haciendo de cine y palomitas, que pa cantarles que les estaban endiñando una milonga de agárrate y no te menees. Palomas pa lo bueno y pa lo malo. Muchas palomas. Usté también las vió, ¿no es cierto, señor Barroso...?

Y, entre tanta paloma; ¿alguien ha visto “mi” galgo...?. Vestía Camiseta con Escudo en la izquierda, no llevaba diadema ni se depilaba, y volvía a la Pradera con una venda en la cabeza fuera o no fuera menester. Devuélvanme al galgo. Que uno termina hasta las mismas pelotas de animar al caracol de temporada.

S I E M P R E A T L E T I.-

viernes, 8 de agosto de 2008

Enemigos de lo ajeno

Se van cerrando las ventanas del patio. Ya no rechinan las cuerdas al discurrir por los tendederos. Se va acallando la orgía de palabras. Bueno, pues parece que ya se ha tendido la colada. Si por colada entendemos, además de “lavar la ropa”, meter la pata hasta el corvejón. Tras la voraz, persistente, coñazo y mareante campaña mediático-merengona para traer a un Zidane, un Figo o un Ronaldo de turno; resulta que el más galáctico entre los masters del universo, el tipo con apodo de androide, CR7, se queda con los pies en la tierra. Con lo que cuadraba el nota en la foto...

Claro, que todo es relativo. Fíjese usté, enrulado nº 13, en el tipito de la sra. de Van der Vart. Sí, VdV. O si se le traba la gulan, Vadebar; Camacho (el vikingo) dixit. La mujerona teutona ha salido más veces en el peri deportivo-vivo, y ha tenido más infinitesimal planos televisivos que Iñaki Descarga. Por poner un ejemplo de un tío que sí es futbolista, y al que además le deben la nómina de varios meses. Angelico. Sólo le sacaron de refilón cuando estuvieron a punto de joder la fiesta de fin de curso de sus clientes más distinguidos e inmaculados. Y es que Iñaki, coño, hay que reconocer que feo eres un rato. Vas a compararte tú con la señora de Vadebar... Ah, pero que justo tampoco es, en eso te doy la razón. Puestos a liar conceptos, si el as llena la última con pechugonas y culonas que no han visto el deporte ni de lejos; y el marca y la tele dan más cobertura a la rubia que al holandés errante, ¿por qué tú no puedes figurar como miembro del año en el hola?. He dicho hola. Como en el chiste. Y que luego alguien, en medio de la oscuridad y las miembras y miembros, pida organización.

Pa organización, la del Comité olímpico. Cómite el miembro. Y el miembro en cuestión, es un tal Alejandro Blanco. Vamos, blanco nuclear. Con hongo de destrucción masiva incorporao en el kit del apellido. Hace poquito, se descolgó con un “el único equipo que representa el Fútbol de Madrid, es el innombrable”. Y lo nombró el fiera, y tó. ¡Qué sobrao!. Delante del presi del Geta, y del que dice serlo del Atleti (prescripción y caradura mediante). Ná. No pasó ná. Si lo dice en el siglo XIX, con tanto nostálgicodenosesabequé pululando entre brumas y carretas, había habido guante y elección de arma. Pero entre tipos ya adinerados, no se crea.

Al aficionado de la SAD se le defiende tan mal, que el propio departamento de quejas del Comité de miembros, pasa olímpicamente de contestar las alegaciones de los ofendidos. No hablo ya de pedir disculpas.

Para terminar de hablar de lo ajeno, se nos va un menda que pagó por no jugar aquí. Y sí hacerlo ande los vecinos adorables, únicos exponentes del Fútbol madrileño, patrio y universal. El que había cerrao muchas bocas al segundo taconcito. Se pira cedido, que cuenta el del albornoz nº 8. Y, como los chinos, lleva el número de la suerte. A ver si hay ídem y no vuelve a pisar por aquí un tipo que jamás debió de cruzar el umbral atlético. Por mucha zurda que tenga, que digo no será la última de Filipinas. Por mucha apuesta personal que supusiese para un condenado por un delito de apropiación indebida cometido contra el Club Atlético de Madrid. Y que, cojonuda y sorprendentemente, detenta la mayoría de acciones.

Casi prefiero a los enemigos ya uniformaos y sin careta. Así, se les ve venir. Y no hay errores.

N U N C A C I E R V O S.-

miércoles, 6 de agosto de 2008

Miles de desterrados

Vagan por la Península. Desde el Madrid de los Austrias, al San Fernando de los Borbones. Son las almas en pena de los que perdieron la guerra. Unos con adarga y daga; otros solo con pañuelo y petate. Desheredados; obligados o voluntarios, todos partieron de lo que fue su tierra prometida, para no volver más a pisar sus benditas lindes de sangre y nieve. Un Cid multiplicado por miles, amando aún a su Patria, pero con voto (robado) de no asitir a la Corte. Aquellos que no creyeron ni una palabra del que juró en Santa Gadea, allá por el año mil novecientos y ocheta y siete, de la era de Nuestro Señor. Los repudiados, a quien la razón va asistiendo a cuentagotas, año tras año. Saqueo tras mentira. Los Luis Candelas del Atleti, relegados a las cuevas de sus propios recuerdos. Con el terrible delito por sayo de amar a su Club por encima de su presidente. Buscados, cazados o ignorados, ¿qué más dá...?.

Algunos, ya no están con nosotros. Dejaron de respirar en los anfiteatros inferiores, y se subieron al Tercero. Donde siguen viendo los goles. Ahora, antes de que el balón rebase la línea de meta. No fueron enterrados con grandes banderones, ni cohortes. Ni tuvieron honores de monarca. Por esa inmensa mayoría, no habrá nunca ya minuto de silencio, más que en las almas de los otros atléticos que aún los recuerdan. Y añoran. Fueron la misma esencia de lo que somos. Contribuyeron a ganar las guerras que ahora nos relatan las crónicas. Su legado, las vitrinas que ahora tanto admiramos y tiramos cuales tejos a todo profano que pudiera dudar de nuestra grandeza. Hicieron la Historia a la que ahora nos agarramos. El clavo ardiendo. Con sus apellidos comunes, alguno original, y sus vidas reunidas en la enciclopedia del anonimato. Con sus grandes biografías, que solo perduran en las memorias de los que les conocieron. Esos, que también fueron desterrados, ya no pueden volver.

Otros, continuan sobre la ley de la gravedad. Y que lo hagan por muchos años. Tantos como quieran. Pero, vagan como fantasmas. Silenciosos, en su inmensa mayoría. Contemplando con el corazón desgarrado, como la Patria se va abriendo en carnes. Como Santa Gadea fue un espejismo, tan grande como la gloria prometida, como el Jordán navegable... Como el rey, acabó siendo bufón. Y el pueblo, alfombra. Donde cualquier alfonso, con jura o sin ella, podía limpiarse los nobles pinreles tantas veces como necesitase sacarse el estiercol de sus suelas. Antes, lo intuyeron. Ahora, lo comprueban. Y muchos de ellos, ya no les sostienen las fuerzas ni para alzar el mandoble. Ni tan siquiera la voz.

Solo pretender que sepais, que no se os olvida. Unos y otros, estais presentes. Y que siempre, en este país de lazarillos, habrá un quijote que bajará visera, embrazará lanza y picará espuela, pa darse de frente con los jodidos molinos o gigantes si fuera menester- Porque sus hijos, no acaben desterrados como vosotros. Ni vosotros, muertos de pena como tantos y tantos atléticos que pueblan el Tercer Anfiteatro.


La lucha, sigue. A lo Curro Jiménez. El miedo a esta "guerra", no es que aniquilen el alma de uno. Es que aniquilen el mismo alma del Atleti.

Una lástima que todo esto lo vayamos entendiendo mediante fascículos. A razón de catorce quijotes por generación.

Más en vista de que huye messié Cantidad, levantemos la copa por doña Calidad.

Va por ustedes. Cid y Candelas del Club.

S I E M P R E A T L E T I.-

martes, 5 de agosto de 2008

¡Presentes!

Eran las voces internas de futbolistas, entrenadores, utilleros, masajistas y demás cohorte futbolera, cuando se les ponía en el centro de la Pradera. Con el sano y agasajador ánimo de que el público adyacente, en re-demostración de fidelidad a unos Colores, aplaudiera a abuelos y pelones de corto o chándal. Se les llamaba “presentaciones”, y venían a enseñar a las aficiones el arsenal humano con el que contaba el Club para afrontar los retos deportivos (único objetivo al que se supeditaba el apartado económico) que habrían de arrostrar a lo largo de la temporada en ciernes.

En estos saludos a la afición soberana, por parte de dirigentes que así lo entendían, se pretendía, entiendo, establecer un vínculo social anual entre la Entidad y su masa social. Una manera de llevar al plano humano y cotidiano las relaciones entre dos partes que se necesitan como el comer, el beber y el orinar. “¡Hola, muy buenas tardes tenga usté, don Afición!, ¿cómo ha pasao el veranito...?. Bueno, bueno, me alegro... Le presento a don Equipo, que como habrá comprobado le hemos comprao zapatitos nuevos y cambiamos la chaqueta de franela por la de pana, que este año el presupuesto anda jodidillo... ¡Ah!, pero no pierda el ojo a este caballerete, primo del equipo, que se llama señor Entrenador... Fue sastre, monje y fraile, y creo que va a hacer las delicias de todos ustedes, de los mucho y bien que sabe de estas cosillas del balón...”. Se hacen las presentaciones de rigor, se dan las manos como dos personalidades importantes, maduras y educadas, y se echa el cuero al piso, pa que los del “A” se echen una pachanguita con los chicos del “B”, mientras los espectadores que renuncian a otros eventos como clientes por estar allí, al lado de los suyos, miran con fruición y solazamiento aquella puesta en escena, ineludible cada temporada. Por supuesto, también se oía con cierta prolijidad el lapidante “estos, nos la quieren dar con queso”. En atención y deferencia a los dirigentes en épocas de resentidos, que no ponían el dineral que chinchan los de ahora. Claro, que entonces no había ni ordenadores, ni PDFs, ni por supuesto sentencias de apropiación indebida del Club Atlético de Madrid. Con cooperadores y todo. Minucias.

Luego, venían los fulanitos. Los menganitos. Mira que ese tié buena pinta. No sé pa que hemos fichao a aquél otro. Vamos sin portero. Nos sobra fuerza. Nos falta toque. Don Patatín. Doña Patatán. Y las gradas del Sagrado, que se poblaban de rumores-rumores a lo Raffaella Carrá, en riguroso directo. Será que eso de juntar a tantos opinantes en estado semi-ocioso, sin alguna campañita clarividente y encauzante del corte “11+50.000”, “Pasaremos”, “Te necesita”, “A por ellos” o similares, trae entre mal fario y mosqueo. Supongo que para aquellos que te dan una mano y te apuñalan con la otra. De los que vienen de coleguitas y más atléticos que el meandro esquina Virgen del Puerto. De los que creen que el mejor atletista es el atlético mudo. Del de ni voz ni voto; solo entradita, abono y chitón. El potenciador de la raza yonqui. El que pone las larvas de la prostitución mundial y sideral. El señalao pa bajar y meter mirlos con una osamenta que juraría es el DNI del vecino... Quita, quita, ya se lo irá contando la prensa de cómo va cazando la perrita. Que la última vez que se nos ocurrió hacer una de esas presentaciones nostálgicas, no veas lo que se silbó al césar. Jodo.

S I E M P R E A F I C I O N A D O S.

lunes, 4 de agosto de 2008

Sueño número 1966

Aún no habían despuntado los primeros rayos de sol, cuando el operario accionó la llave de arranque de su vehículo. Se desperezó con una tos ronca, cíclica, hasta que terminó de calentar sus tripas de metal y goma. Entonces, alzó su colosal pala al cielo de la Ribera, y comenzó a desplazarse a ralentí a través de la calle. A su paso, se fueron incorporando otras máquinas. Todas con mandíbulas de hierro. Como una procesión de macabros nazarenos, teñidos en amarillo piso piloto, los más. En naranja ladrillo, alguno. Incluso, había otros en rojo prescripción... Tan imponentes. Tan no-se-puede-hacer-nada. Con sus costados tatuados en marcas. ¡Qué miedo...!.

Un policía municipal, hace gestos ostensibles, agitando el brazo en alto. Los sabuesos de hierro, se detienen a una. Siguiendo con la mirada la riada de una docena de antidisturbios, se llega a la carrera bajo el túnel de la que antes fue “M” y ahora dicen es “Calle”. A la mitad del horadao, está la Puerta 0. Y, sobre los metales de sus dinteles, cuatro o cinco tíos de religioso civil. Como los penúltimos locos, prolongan las mangas de sus camisas de fuerza a través de unos metros de gruesa cadena. Con los candaos que les ha dao tiempo a poner, antes de que las fuerzas de seguridad se abalanzaran sobre ellos. Mientras se encuentra y no la cizalla, los recuerdos asaltan la cabeza de uno de los insurgentes, como si de una catarata de pasiones y notas se tratara.

“...Aquellos banderones, agarrados por dos manos y agitados por miles de corazones en la Fondo Sur... Gozos y sombras venidos a la memoria en tropel, confundiendo las risas con las lágrimas. Los éxtasis con las decepciones. Las ronqueras con las manos en el mentón... Todo rodeado de cemento, primero. De plásticos en sangre, nieve y cielo después. Con sus marcadores a mano o a máquina. Sus copitas de veterano itinerantes, y su ley seca burlada por la finura de la petaca. Sus bocatas de chorizo de Soria, y sus telepizzas frustrados. Sus almohadillas tierra-aire, y sus almohadillitas culo-culo... Su Himno a pocos y a muchos decibelios... Ah, nostálgico de sí sabe muy bien qué...”

Nada. No ha valido de nada. Tanto y tanto trabajo; tantas y tantas horas empleadas en la teoría y la práctica... A la puta mierda. Como las cadenas que estaban convirtiendose en plastilina, a los primeros bocaos de las gigantescas tenazas. Se acabó. Los desarraigados habían consumado su tercer deseo al genio de la lámpara. El mayor de los deseos, para aquellos que medran del ladrillo. Los que vinieron al olor dela fama y los terrenos. A los que dejamos pasar hasta la cocina, y ahora nos vendían el último mohicano. El postrero patrimonio...

De repente, un extraño. Voceando. Apareciendo por uno de los extremos del túnel. Y otro. Y diez o doce más... ¡Qué coño, mogollón de tíos y tías!. En riada. Son tantos ya, que la luz pierde mucha intensidad allá en La 0. Donde las fuerzas de seguridad, han dejao la cizalla en el suelo, y acuden prestos a contener a aquella masa artaviadas con bufandas sin día de partido. Afuera, repican las sirenas. Se multiplican las voces. “Debe de haber movida gorda”, piensa el atletista encadenao...

De las cojonudas. Desde Pirámides, bajan los atléticos por miles. Los mismos que vienen a través del Puente de Segovia. Del de San Isidro. O los que acuden tomando el Paseo Imperial. Una auténtica marabunta. Caminan entre cánticos, alzando la cabeza al cielo de Madrid, el de la Osa y el Madroño. Y todos, grandes y pequeños, jóvenes y viejos, de primera o de quinta generación, convergen en Virgen del Puerto. Donde se pretende desguazar el buque insignia de la Armada del Manzanares. Precisamente, por los mismos piratas que lo asaltaron. E hicieron esclava a su tripulación, antes libre. Ahora, al amanecer, baja en tropel. A defender su barco. Ya saben quienes son. Saltó la liebre. No se puede estar de por vida contando que por el mar corren las liebres... Así es que, el operario, para el motor. Quita su llave del contacto, y se la echa al bolsillo mientras desciende del monstruo de hierro. Al bajar de un salto los escalones, el llavero golpea con furia sobre el pantalón. El Escudo escotado en plata, se hace un mortal con el dueño antes de ganar la calle. Y unirse a los miles de compañeros que gritan “¡Somos nosotros, Atleti somos nosotros!”. Mientras se creen a pie juntillas lo que cantan.

S I E M P R E A T L E T I.-

viernes, 1 de agosto de 2008

Se abre el telón

Pues ya está. Enemigo en la mirilla. De Gelsenkirchen nos llega...¡tachán!... El Schalke-04. Coño, tiene moral el nombrecito. Sobre todo constatando que la ida es en tierras germanas...

Pues ná. Ni los de la city de los Beatles, ni los jenízaros de Luis. Premio al morbo 08-09, declarado desierto en la entrega 1. Hagan el favor los casa-destinos de aguardar en la salita Spielberg, a ver si se producen encuentros en la primera fase. De Champions metía en faena; con himno y tó. Menos, no merecen los actores.

Así es que es ahora, cuando saltan chispas, astillas y esquirlas del bendito buscador de las “oo” largas. ¿Quién coño son estos?. Geografía, meteorología, carreteras, aeropuertos, hoteles, pensiones, hinchas, estadio, historial, camiseta, entrenador, estrellitas... A través del Atleti, conoceremos un poquito más aquél rinconcito de la Renania norteña. Jodo, que me ha dao hasta para escribir esto, y tirarme to el mocazo. Pa que luego digan que el Fútbol no es cultura... Sólo falta reconducir a aquellos que lo llaman “fúrgol”. ¿Será porque lo conciben como aparcar la furgo en la portería?. ¿Pa que no les metan gol?.

Al turrón, que el asunto es serio. Desde que aquél Ajax que no fichaba oleguers pasara por el Sagrado, hace ya la friolera de once años (que en jugadores no son muchos pero en días te cagas) no cae nadie de la aristocracia futbolera por estos pagos. Vamos, que no estabamos ni pa guerras de estar por Casa. Hoy, se huele a Versalles, Buckingham Palace y Palacio real. No es que seamos nos unos tipos muy de dólares, channel y cocodrilillo en pecho; pero conviene estar en esos saraos por castigo. Y exigirlos, como casi un acuerdo de mínimos. Que ya veremos luego los cardos en los culetes perfumaos y empolvaos que seamos capaces de colocar. ¡Con lo que nos gustan esas cosillas de dar por donde la espalda pierde su angelical nombre...!.

Así es que, allá vamos. Átense los machos, las hembras y los tiernos infantes. Aquí hay una descomunal rabia contenida. Unas ganas superlativas. Una tapa de alcantarilla que pesa quintales (por mucho que doña Pastelius la haga saltar a golpe de spot-y cheque-) por estallar. Y tiene dos actos. En principio. Uno, en esa Germania que la memoria cuenta fue parte de Olaf Thon y Fischer (recuerdo de las chapas en esa Alemania de pantacas a boli negro). Vivido por los más desde la distancia. Otro, en plena Ribera del Manzanares. Como un penúltimo homenaje al Colega hecho cemento que tantas glorias vió pasar. Y tocar. Por muchas milongas que nos cuenten.

Alemanes, no nos queda otra. Que cogeros por la pechera, zarandearos y volver a una Copa de Europa a la que tenemos el hueco hecho en una vitrina que ya la quisiera pa sí el pupillas ese.

Habéis topado na más ni ná menos que con el Atlético de Madrid. Y ya vereis que no son solo palabras.

S I E M P R E A T L E T I.-