De atléticos a indios y colchoneros, pasando por atletistas

"Y usted, no pise ese Escudo..."
Luis, presidente de honor

martes, 30 de diciembre de 2008

Una cola

Se desliza a través de Gran Vía 28. Hoy mismo, a 11 de julio del año de nuestro señor de 2008. La gente se va agolpando a sus finales, y cuentan que los hay que llevan desde ayer tarde,10 de julio del mismo año de nuestro idéntico señor, aguantando el tirón. También se rumorea, que desde los tiempos de los tickets para los U2, no se veía algo parecido. El caso es que Telefónica, esa empresa que fue de “todos” y que pretende seguir siéndolo con el S.A., pero que ya no cuela, pone a la venta un teléfono alejado del zapatófono de Mortadelo: el i-fon.

Ná más ni más menos. Y aquella monada en rigurosa primicia, provoca oleadas de seguidores. Abducidos tecnológicos, que acuden cual enjambre al olor de los microchips y el sistema de redes. Fanáticos de la comunicación. Ultras de la pantallita y el teclado táctil. Que hoy son de Telefónica, porque es la que ha innnovao. Y que no le duelen prendas en cambiarse mañana a la competencia más voraz, si son capaces de idear un cacharrillo que se mee en las prestaciones del último generacional este del i-fón. Son clientes.

Otra cola (con perdón), tiene la cabeza en Virgen del Puerto 67. Pongamos que un día cualquiera, previo a un partido del Atleti, en el mismo año de nuestro señor que el otro evento. La gente, sigue agolpándose a sus finales, y del mismo modo se cuenta que los hay que llevan ahí haciendo noche. Se comenta en los mentideros, que desde la última champions, allá por el 96, no se veía otra igual. El caso es que el Atleti, Club que fue de todos y pretende seguir siéndolo con el S.A.D, pero que ya no cuela, pone a la venta las entradas del partido de la previa de la Liga de Campeones.

Na más ni más menos. Tras 12 años. Y tal “caramelo”, provoca tsunamis de seguidores. Abducidos futboleros, que asisten a la playa del Río cual marea alta, al perfume del balón, la pradera y la Osa agarrá al Madroño, flanqueá por Rayas rojas sobre fondo de nieve. Fanáticos del gol. Ultras de grada y voz. Que hoy son del Atleti, como lo fueron ayer. Y que jamás podrán cambiarse de chaqueta más que pá las bodas. Allí, no. Nunca se mudarán de acera, por muchos disgustos que les pueda deparar la propia, ni por tantos cantos de sirena que le ofrezca la de enfrente. Son aficionados.

Ni somos clientes, ni necesitamos de “dueños” que nos roben el voto, ni nuestro Club es una empresa. Nos guiamos por el sentimiento, no por el ibex-35.

Les quede clarito, señores.

S I E M P R E A T L E T I.-

viernes, 19 de diciembre de 2008

Hibernación

Hay veces que es mejor tomarse un respiro que sofocarse corriendo.
Es el punto acutal al que este oso ha llegao. Nada llega, ni es capaz de transmitirse, si se hace desde el desánimo. Por eso, le pido disculpas que espero sean temporales a todos y cada uno de los amigos y compañeros que pasan por aquí, y de ahí la necesidad de echar un "hasta luego" después de "presentarme".

Los osos parece que mueren, pero simplemente descansan.
Es la hibernación.
Y si son osos parlantes, tién que cantarla a sus semejantes.

Un Hasta Luego, y un
S I E M P R E A T L E T I.-

jueves, 11 de diciembre de 2008

Carta póstuma al Vicente Calderón

Mi Casa. Sin el retrato de mamá. Ni el de las niñas. Sin las zapatillas de estar por casa, ni la mesita a medida para apoyar sobre su tabla los pinreles. Sin el periódico y el café de puchero. Sin la colonia a medio gastar encima del lavabo, ni la vajilla a rebosar sobre la pila. Sin marcarme un zig-zag desmemoriao buscando el puto paquete de tabaco. Sin apagar su rescoldo sobre el agua de diciembre que ha quedao instalá en el cuenco que dibuja el cenicero de la terraza. Sin el peculiar aroma a apellido que rezuma por el gotelé y los alicataos de las paredes.

Nada de ello es necesario para sentirte como en el hogar, dulce hogar. Alrededor de viejas y nuevas caras. Sentado sobre el último fancine, donde susurras adónde van teledirigidas las sinfonías de aerofagia baja provocadas por una sobredosis de garbanzos madrileños; no vayas a peerte en la cara del Adelardo jugador, el Calderón presidente, o en el mismísimo Escudo. Donde entran los vientos de poniente y naciente, lanzados a cuchillo por los costaos de Tribuna. O el sol de los estíos. El lugar en el que las voces huelen a vocales blancas y consonantes rojas. La Sucursal que nos montó un presi que era presidente, por si queríamos dejar allí unos miles de corazones al borde del infarto. De la agonía. Hasta de la gloria. Y unirlas, derrochandolos con tanto coraje como corazón, luchando como hermanos, para elevar una melodía al cielo de la Ribera, el más limpio y puro de los cielos. Que comenzara con algo así como “yo me voy al Manzanares...”

Nos mudamos. O eso dicen. Será verdad, pues parece que solo cuatro chaveas pretenden agarrarse a los pernios de tus puertas como lapas a las piedras. Que la mayoría de inquilinos prefiere otra Casa, más grande y de un moderno que tira p’atrás. Hasta nos la han enseñao en realidá virtual y todo. ¿Qué ya no cubre deuda?. ¡Bah!, total, son cuatrocientos kilillos de ná... ¿Ni vienen de esos que dicen “craks”?. ¡Pero si esos están pa que nos sintamos orgullosos de venderlos a un gran club...!. Donde vamos, es pa cosas olímpicas, pero dicen que vamos a estar muy bien... Mientras a tí, te meterán una rehala de excavadoras que, como lepra, desprenderá tu carne de los huesos a golpe de ruido y humo. Ruido y humo...Pero ya no se tratará de cánticos y bengalas. Serás carne de cementerio, sin ni siquiera haberte hecho pasar por el asilo. Tú, la más joven de las casas de los llamados grandes de España. A la que te maquillaron y pusieron guapa pa venderte en la primera esquina. Acabarás como parque. Porque no pudieron hacerte urbanización. Aquellos que vinieron al olor del ladrillo, en lugar de al del balón.

Eres lo último que nos queda, antes de convertirnos en la jodida SAD. O en marca, que farda más. El símbolo postrero. El tótem. El Templo de los recuerdos. El trocito de cielo que me acogió de crío. Por ti creí antes en el Fútbol que en los dioses. Por ti, por tu imponente estampa, y tu atmósfera embriagadora, el Atleti entró en mi alma como un huracán de colores y esperanza. Te debo todo mi pasado en forma de balón. Mis sonrisas y mis lágrimas. Las canciones y los silencios. Las mismas entrañas golpeando con furia tras los dientes. Te debo lucha. Esto, va más allá incluso de tus mismas sagradas Gradas. Es dar la cara para que dejen de creerse que el Atleti, al que rezamos Tú, yo y otros tantos, es su cortijo. Para que desde el 3er Anfiteatro, nos tomen por hijos, y no por marionetas.

Algún día, contaré a mis nietos qué fue de ti. Y tendré que callarme que un portugués con nombre de fecha religiosa, sin vestir tu sagrada Zamarra, se llevó 10 veces más atención que tus huesos de cemento y hierro. Que tu sentencia de muerte. Todos esos mensajes, esos silencios, se me irán por un lao del ojo hechos agua sucia. Por el otro, caerán mejilla abajo un sinfín de glorias, penas y recuerdos que de verdad merecieron tu compañía. Como agua pura. Digna.

Aprovecho a hablarte, ahora que todavía me escuchas. Como el que habla con un pariente que no desea que le abandone nunca. Y, sin embargo, sabe que se va. Que está sentenciao.

Los que te robaron.

Te venden.

Aquí tienes aún unos pocos hijos que, ni perdonan, ni olvidan.

S I E M P R E E N L A M E M O R I A.-

miércoles, 10 de diciembre de 2008

El pitido

Se dice desde tiempos no tan inmemoriales, pero sí con alguna solera, que pitar es de vikingos. El primero en hacerlo, fue el muá. Suponía una corriente que se propagaba por inducción, y se repetía por convicción. Una falacia. Pues la Historia demuestra que el Equipo y las directivas (ojo, no asociar con el Club, que eso es inmaterial y palabras mayores) también fue pitado en, por ejemplo, los 70. La década más esplendorosa en títulos y prestigio del Atleti. Así es que, teoría nº 1 desmontada: aquellos jugadores, entrenadores y dirigentes que tanta gloria material dieron al Club, fueron silbados y almohadillados en alguna que otra ocasión.

El pitido, o el pañuelo (cuentan nuestros más veteranos que en el Metropolitano igual se usaba para reconocer que para abuchear), son elementos dignos y comunes a las masas sociales. Pues en el silencio, se dice que el que calla, otorga. Esto es, si no comulga con la situación vivida, no quiere hacer nada tampoco por cambiarlo. Si esta es la realidad social del Club en la actualidad, a envainársela la minoría, pues ya es de sobra sabido lo de las mayorías en democracia. La pregunta es: ¿en realidad el atlético de a pie está conforme con la situación actual del Club?. Porque si es un “sí”, a cagar a la vía. Habremos los inconformistas de asumir que nos han cambiao la cara, y que el público soberano acepta y se afilia a esta careta deportiva, económica e institucional. Seriamos una especie pues en extinción, que acabaría abocá a la desaparición, tiempo mediante. Cuando se dé paso a otros rasgos, más torrentianos y manoletoides, que acabarán por engullirlo todo.

Pero si es un “no”, no vale callar. Encogerse de hombros. Silbar, mirando hacia el otro lao. Hay que retomar las armas tradicionales, a falta de otras más novedosas, con las cuales hacer oir, más allá de las tertulias en foros o bares, tu descontento. Que lo escuchen los destinatarios. Los objetos reales de la repulsa.

Si el niño hace peyas. Si no sabe hacer la “o” con un canuto. Si se escaquea de ciertas obligaciones materiales y morales. Si se caga en su madre a la cara. Si, en definitiva, al niño no lo reconoce ni su padre, ¿le seguimos dando palmaditas y poniendo tres donuts al recreo?. ¿Le compraríamos la bici y el viaje de fin de curso en las Sei-sels. ¿O le hacemos un aparte, y le ponemos las pilas a base de bien?. ¿Diríamos que regañarlo es de agonías o quejicas?.¿Con qué de las dos actitudes, nos dignificaríamos más como padres?.

Si existe una impresión generalizada de que el niño se nos va por mal camino, no vale el silencio. Somos los que siempre hemos velao por Él. Desde los antepasados hasta ahora. Y tenemos que dejarlo sano pa que los que vengan detrás lo disfruten. Con todas sus buenas y no tanto peculiaridades. Pero SUYAS. Las que ha querido la afición a través de los tiempos que sean. Las que no consentimos nos impongan.

La protesta es un derecho de los pisoteados. Conviene huir de esos silencios cómplices como de la peste. Hay un catálogo de razones que, desgraciadamente, no puede exhibirlo cualquier club. Y esos, no se pueden ir por el desagüe como si fuera agua de fregar. Ni cadenita de váter. Huele a Gloria.

¿O es que está tó dios costipao?

N U N C A A C A L L A D O S.

viernes, 5 de diciembre de 2008

De tipos que fueron al Fútbol...

INFRACCIÓN GRAVE DE 3.000 A 60.000 EUROS, Y MUY GRAVE DE 60.001 A 650.000 EUROS.

4.000 euros por tirar un bote de cerveza

65.000 euros y 5 años sin entrar a recintos deportivos por tirar bengalas dentro del estadio

6.000 euros y un año sin entrar a recintos deportivos por colgar una pancarta incitadora a la violencia.

3.001 euros y seis meses sin entrar a recintos deportivos por meter una botella de licor al estadio.

3.001 euros y seis meses sin entrar a recintos deportivos por negarse a desalojar un asiento ya asignado en el campo.

5.000 euros y un años sin entrar a recintos deportivos por lanzar una botella de vidrio a la policia fuera del estadio.

6.000 euros y sin entrar dos años a recintos deportivos, por agresión a un menor en los aledaños.

6.000 euros y un año sin entrar a recintos deportivos por negarse a ser cacheado y agredir a la seguridad.

4.000 euros y un año sin entrar a recintos deportivos por invasión de campo.

12.000 euros y prohibición de entrada a estadios durante dos años por agredir con un objeto contundente a un aficionado rival.

5.000 euros y sin entrar un año a estadios por insultar de gravedad a las fuerzas del orden, además de hacer gestos vejatorios contra la hinchada rival.

4.000 euros y un año sin entrar a recintos deportivos por arrojar objetos, volcar contenedores e insultar a transeúntes en los aledaños del estadio.

4.000 euros y seis meses de prohibición de entrada por corear cánticos y consignas violentas, profiriendo insultos y gestos denigrantes contra jugadores rivales y fuerzas de seguridad.

3.000 euros y seis meses de suspensión en estadio por lucir un símbolo anticonstitucional en la camiseta (cruz celta, aficionao murciano)

6.000 euros y prohibición acceso a los estadios en un año por insultar gravemente al palco presidencial, provocando grave alteración del orden público.

4.000 euros y seis meses de suspensión de entrada a los estadios pòr insultar, amenazar y escupir a los jugadores locales.

4.000 euros y seis meses de suspensión de entrada por patear asientos y vallas del recinto deportivo.

6.000 euros y un año de suspensión de entrada por insultar gravemente con gritos racistas a los seguidores visitantes.

4.000 euros y un año de suspensión de entrada por portar varias navajas ocultas entre la ropa.

4.000 euros y un años de suspensión de entrada por tirar huevos a la afición rival, provocando alteración del orden público.

4.000 euros y un años de suspensión de entrada por lanzar un petardo al terreno de juego.

4.000 euros y un año de suspensión de entrada por incautársele un cuchillo de cocina a la entrada del recinto.

5.000 euros y un años de suspensión a entrada por participar en una pelea entre aficionados rivales.

4.000 euros y seis meses de suspensión de entrada por arrojar trozos de silla y escupir a los aficionados rivales situados en la grada inferior.

4.000 euros y seis meses de suspensión de entrada por exhibir una camiseta con graves insultos contra los agentes policiales.

3.500 euros y seis meses de retirada de pase por exhibir banderas palestinas y gritar contra los jugadores del maccabi de Tel-Aviv.

6.000 euros y un años de suspensión de entrada por acceder al interior de un atutobús urbano cantando ofensivamente contra la policía y los aficionados rivales.

6.000 euros y suspensión de entrada a un año por insultar, incluso lanzar un objeto, y persistir en gritos racistas contra un aficionado rival.

12.000 euros y dos años de suspensión de entrada por arrojar botellas de vidrio contra un vehículo en los aledaños, ocasionando daños a los ocupantes.

4.000 euros y seis meses de inhabilitación en recintos por arrojar un bocadillo a los agentes de seguridad, e intentar posteriormente agredirles.

3.001 euros y seis meses de suspensión por ingerir alcohol de una bota repetida veces dentro del recinto deportivo.

3.500 euros y seis meses de inhabilitación en recitos por propinar un puñetazo en la cara a un aficionado rival.

3.001 euros y retirada de pase por seis meses por sorprenderle consumiendo bebidas alcohólicas en el interior del estadio.

3.001 euros y seis meses de suspensión de entrada por invadir el terreno de juego de un lado a otro del campo.

3.001 euros y seis meses de suspensión de entrada por desplegar una bandera, al parecer de simbología nazi, en la grada.

3.500 euros y seis meses de suspensión de entrada por orinar en la puerta de los vestuarios en estado de embriaguez, en presencia del personal.

4.000 euros y seis meses de suspensión de entrada por proferir graves insultos contra la afición rival, en evidente estado de embriaguez, provocando una situación de crispación.

3.001 euros y seis meses de suspensión de entrada por insultar gravemente y en reiteradas ocasiones al entrenador rival, teniendo que sujetarle cuando se aproximaba a él.

3.001 euros y seis meses de suspensión de entrada por participar en una pelea con otro aficionado dentro del recinto deportivo.

3.001 euros y seis meses de suspensión de entrada por invadir el campo antes de que los jugadores se retiraran.

6.000 euros por intentar pasar al estadio 15 pegatinas con contenido xenófobo.

4.000 euros por miccionar en la zona de aficionado rivales.

3.300 euros por acceder al estadio por la zona de obras, careciendo de entrada, y portando una riñonera con varios petardos explosivos.

4.000 euros por propinar arañazos, golpes y la rotura de varias lunas del vehículo del árbitro, estacionado junto al autobús del equipo visitante.

6.000 euros por ondear una bandera con el anagrama de la organización terrorista eta, y la inscripción “bietan jarrai”.

6.000 euros por emitir cánticos xenófobos mediante megáfono a un jugador rival.

6.000 euros por proferir insultos racistas y realizar gestos obscenos a otros aficionados durante el partido.



martes, 2 de diciembre de 2008

"Miré los muros de la patria mía..."

DE CÓMO DON FULANO SE APROPIÓ INDEBIDAMENTE DE UNA NACIÓN, Y DE LO QUE ACONTECIÓ CON ÉL

Despertóse allá mediada la noche, sacudiéndose las pajas de la boca y las ratas de los pies. Por la puntera de su siniestra bota, uno de los roedores habíale entrado hasta las falanges, y mordido con saña tal el que en otros cuerpos fuere dedo gordo, y en él flaco, que sacóle a empellones y alaridos del camastro. Los recuerdos, esos felones, habíanle vuelto a atrapar a la altura de los cabellos, y entre el despeinado, halló la guisa de colarse en su siesta como si de un sueño se tratare. Y a don Eulogio de Calderón y Manzanares, hidalgo de España por la gracia del Señor, caballero profeso de la Orden del Metropolitano, y primer espada en cualesquiera guerras con infiel o enemigo a sus santos Colores, íbasele el alma a la altura de sus raídas calzas cada vez que el sueño osaba cogerle la consciencia. Pues, tratábanse de cuando todas aquestas cuitas, para tanto profano harto banales, refulgían cual lucero del alba a plena luz. Voto a Neptuno, que no tratábase de la luz con más laureles ni mayores dineros; empero sí que tratábase de la que más lucía. Con todas sus hieles, vinos y rosas. Que bien sabe Dios que los había... Aquestos sueños que digo, dábanle placidez al hidalgo, pues sólo en sus sueños su alma hallaba consuelo. ¡Qué batallas las de entonces!. ¡Qué guerras a mandoble, finura y coraje!. ¡Que de pendones enemigos se postraban a sus pies!. ¡Qué bienhallados y bienamados tercios paseaban sus blasones por tierras propias y ajenas!. ¡Con qué respeto eran mirados de un confín al otro!...

Ansí que, una vez escapado del sueño, despertábase madrugada tras madrugada, año tras año, a la realidad que ofrecíasele en la vida que agora hollaba. Echábase los suyos ojos hacia su jubón polvoriento y ajado. Su chambergo roído por las ratas, de la mesma razón que sus botas. La suya espada, mellada y carcomida por tanta roña como deshierro. Su pendón de guerra, en más descolorido que mugriento, haciendo esquina en uno de los recodos de la su casa en ruinas. En amenaza de derribo por real decreto. Las faltriqueras, otrora repleta de maravedíes y doblones, vanas cual talega de presidiario. Agora, sin un mendrugo de amasada harina que llevarse al gaznate, habría de salir, como lo llevare faciendo durante tantos años, a las sombras de la calle, do ha de mendigar el pan y la sal de la jornada.

¿Qué fue de aquellos reyes por los que hubiera jurado amor eterno y ciego sobre la cruz de su espada?. ¿En qué lugar de aquél mundo estarían los generales que ha algún tiempo hicieronle sentirle soldado?. ¿Qué mentecato cruzado con mastuerzo mantenía el gobierno, la horca y el azote de aquélla su amada patria?. ¿Qué soberano que se preciare seguiría faciendo contrata de sueldos y fama a tantos y tantos capitanes y guerreros que, como sus reyes, no llegaran ni a la suela de los borceguís de tamaña nación?. ¿Dónde estaban las turbas, los patriotas, que han de velar por los siglos de los siglos para que su país no fuere mancillado por gentes ajenas y carentes de sentir alguno?... ¿Habría, pues, de usar esa misma espada con la que tanta fama y gloria ayudó a medrar para su corona; rayada en Rojo y Blanco, con una miaja de Azul, para quitarse su propia vida?. O, lo que sea peor acaso, ¿habrá a la sazón que morir matando?.

Hidalgo. Viejo, altivo y curtido hidalgo. Duérmete en el placer simpar del sueño. Pues hete que, una vez despertado del mismo, las preguntas acabarán dándote a tu propio cuerpo muerte. Sal y almuerza. Que non te puedan poner el apellido de “violento”. Y que su lugar, sea menester ocupado por el de “mentecato”. Y, ante todos los pensamientos, no se olvide vuesa merced de animar. Que en la oración, hállase sin duda alguna la salvación.

Acuérdense voacedes de aquél tiempo en que se animaba a Rucio, para que cortara el viento como Rocinante.

“...Si un tiempo fuertes, ya desmoronados...”

S I E M P R E A T L E T I.-