De atléticos a indios y colchoneros, pasando por atletistas

"Y usted, no pise ese Escudo..."
Luis, presidente de honor

lunes, 9 de marzo de 2009

Yo, es que soy de este barrio


Me soltaron aquí, y aquí he echao raíces. Y a quien no le guste, que no mire. Me hubieran traído de Paris, o jugao a los barquitos con otra combinación que diera “agua”. Igual, metidos tantos kilómetros de por medio, tantas millas marinas acaso, la falta de roce podría haber disuelto el cariño. ¡Qué se yo… Si hubiera nacido en Ulan Bator o en Kinsasa, lo mismo todo esto no hubiera tenido ningún sentido…!
Pero no, a uno lo plantaron sobre la que por entonces se llamaba una, grande y libre; y que, pasaos ya unos lustros, se da en denominar algo así como “nación de naciones”. No problemo, que diría el T-2000 ese que parecía estar a la vuelta de la esquina. Y que va a hacer falta un par de crisis de esas pa que llegue, de la mano de la naves espacial versión utilitario. El Fútbol fue jugao por muchos carnés, como pa andarle poniendole una filiación nacional o republicana a estas alturas. No, esa no es la cuestión. El tema, y tal, radica en qué palito coger. Con la peculiaridá de saberse la medida exacta del tallo que habría de esconder la mano cerrada. ¿Se acuerdan del juego?. Entonces, ¿qué coño haces que no trincas el más largo?. El de la viagra. El que llega más con la pedrá. El señorito. El niño en el bautizo y el fiambre en el entierro. El que acaba más lejos y más mejor con los equipos. Pero, chavalito, si no te hace falta mudarte de ciudá ni ná… Mira, aquí tienes uno blanco gior, que ni pa’l pelo. Anda, cógelo. No seas toli. Y la escena, descarnada, comienza a asemejarse a aquella cuarentena jesuística en los desiertos del Oriente Medio, con el demonio apretandole las clavijas al hijo de la deidad a base de vida fácil por un tubo. Joder, con lo poquito que aparecí por Religión, y va y se me queda la copla esta… Premonitorio, sin duda.

“No”. La réplica se escupe tan escueta como contundente. No hacen falta más explicaciones. El menda lo pronuncia con la certeza de que se perderá muchos días de vinos y rosas. Quizás demasiaos. Claro, que contar con un wally y un don cooperador, como que no venía en el "pack"... Mucho ju-ju, ja-ja. Cantidubi de momentos 10 contra uno. Doce pa once. Mogollón de enjabonamientos de chepa. Una rehala de vítores, palmas, palmitas, higos y hasta castañitas. Copas, copones, pipas, chicles, caramelos… Y que, en definitiva, pedirse pa Reyes el balón de reglamento con los polígonos coloraos, le iba dejar en franca minoría. Siempre hablando de números. Aunque, también los había que se iban por otros cerros que ríase usté de las inferioridades atléticas… Mis respetos, a todos esos chavales que escogieron la paja más corta aún. En cierto modo, también ayudan a darle una patá en el culo a esa globalización cuasi obispal que cierto presidente-midas proclamaba hace no mucho desde un atril: “el Madrí, no es excluyente. Invito a todos los aficionados a que se hagan de él.” Angelico. ¿Tendrá ni zorra de lo que significa no ya esto del Fútbol, sino el espíritu de la competición?. Hay monopolios que quisieran ser patios del Monipodio. Con un gran cartel con alguna soflama demócrata en letras XXL presidiendo el arco de entrada.

Salieron rana. O, mejor, ni siquiera tuvieron la opción de escogerlo. Lo mismo todo ese paripé de la pajita larga y la corta, estaba ya jugao. Sin elección. Como el barrio donde nos dejaron caer. Las gentes del Atleti de primera generación, no tenían quien les contara. Quien les escribiera. Quien les metiera desde el desayuno hasta la cena sangre y cal en vena. Quienes les hicieran dormir, sin saber si aquél cuento del Expreso de Irún, era cierto o un primer coletazo del sueño. Las gentes del Atleti de primera generación, cayeron como rosas en mitá de un campo minas. Como bombas en pleno jardín. Negaron más veces que Pedro. Quisieron continuar su égida a través del corpachón de un tal Aparicio. A través de las zancadas de Collar. De las melenas al viento del Ratón. De la calva entrañable de Marina. De la electricidad de Paolo. De los ramos de Milinko. De las pecas del Niño. De los quiebros del Kun.

En tanto, en el espacio interior y exterior que todo lo copa, los hay que se obcecan en que, arrebatandonos nuestros símbolos, desaparece el Espíritu. Se subvierte. Se doblega. ¡Ingenuos…!.¿Qué esperaban?. ¿No se acuerdan del desprecio a esa pajita más larga?. Sois los familiares, los amigos o simplemente conocidos. Y mogollón de desconocidos. Nos rodeais por cientos; convivís en nuestros portales, fábricas y oficinas y, ¿aún no habeis entendido lo que elegimos de crios?.

Es que yo, soy de este barrio. Y me la repanfifla sus paseos con farolas chrriguerescas, sus guateques con pocholos y pocholas, y sus cabos escribientes de villa y corte. De mangas. Soy del barrio, chorbo. Y aquí, se beben vinos de la tierra. Que aunque nos la tengan un poquejo quemá, es nuestra y nosotros de ella. Es capaz de echar vides como robles. Y uvas como los del caballo-Espartero.

Lo saben hasta en Oporto.


A D E L A N T E, A T L E T I.-

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre cerca de las gentes de barrio,casi siempre bajo, según algunos...pero sobradamente preparaooos según yo mismo...
...a las pruebas me remito...hasta en Oporto...