De atléticos a indios y colchoneros, pasando por atletistas

"Y usted, no pise ese Escudo..."
Luis, presidente de honor

lunes, 22 de junio de 2009

MATRIX II

Neo Fito no puede creerselo. Debe de ser un mal sueño. Un amarillo, epílogo de sus frecuentes borracheras de licor de pipa. O de reánimeitor. Las imágenes, vuelan en cascada sobre sus dos ojos: atónito y perplejo. En las primeras, aparece un tipo fuerte, vestido de negro y luciendo unas gafas oscuras que juraría de mediaos del siglo XX. Va con las manos juntas, abajo, escoltao por un guardia real o un carabinero de época. Mientras San Rafael, llora en compañía de sus ángeles. Después, el mismo tipo va fagocitando los demás hologramas. Con ropa más caribeña. Incluso a pecho descubierto, dejando lucirse a sus abalorios de pomposo colorao. Sonríe. Siempre sonríe. Al lao de un greñillas con cara de fado do Montijo, o metío en una piscina repletita de burbujas y damiselas. Sí, siempre sonríe. Y a Neo Fito, le recuerda a aquellos actores secundarios de series negras, cinco minutos antes de perpetrar su maquiavélico plan. Apenas se detiene en un cabaré de mujeres ostentóreas. Se siguen sucediendo las visiones. Unos compás sobre algunos libros, olvidaos sobre uno de los bancos de un vestuario. Una mini-puta que viaja en un 127, compartiendo asiento de atrás con un proyecto de yonqui; mientras los adultos de los puestos delanteros, arañan con sus cuernos retrovisores y ventanillas. de repente, paran el buga y salen escopetaos a dar un punterón a un balón, osamentas en ristre. En una de las representaciones, consigue descifrar una fecha. Fugazmente. Entre las telarañas que abrazan una urna de cristal vacía, cuelga un cartelito que dice en tinta “1991”. También entra en escena un viejo balón de Balonmano, pinchao, que en un tono sepia rellena la soledá de una esquina. Dos RIPs. Y luego estampitas de mesías. Muchas imágenes de un solo mesías, caminando entre las aguas del Mar Negro, abiertas a golpe de micrófono en forma de cayao. O silenciao. De repente, sonidos, Balbuceos confusos, distorsionados, que se elevan como arengas de batalla. Apenas puede distinguir un “ojo al pato”… “deficitario”… “chupósteros”… “ruina”… “fúrgol”… “alieti”… Y aplausos. Un montón de aplausos que suenan en dolbi surrender v. 1.98.7, en tanto el caballo de Atila se marca un baño de burbujas y masas, rodeao de una pléyade de ninfas pseudo-toscanas. Al final de la sala, cuelga un espejo. El hombre llamado caballo, trota hasta allá. Necesita mirarse. Y contemplar en su reflejo a todo un cavalieri. Todos los césares conducen a Roma. Vengan de Siberia o de Soria.

Morfeo de Pelotas, cierra la pantalla de TSJ. Mira a través de sus lupas lenonianas al tipo del boquío tamaño puerta de metro. Éste, se echa mano a la nuca. Por su través, se sucede el dolor como una corriente alterna. A latigazos. Las imágenes, vuelven a sucederse. Al principio, intermitentes, borrosas; como esas series de cine mudo con rayas y suciedá en la emisión. Se percata de que ya no le hace falta el monitor para tenerlas frente a su mente. Apenas ha sentido un leve pinchazo, cuando la Trini se aproximaba a su espalda. Un “clic” ha puesto en marcha la parafernalia. Su conexión con lo que aquellos extraños seres despeinaos que le acompañan, llaman Matrix. Y los hombres de negro, SAD. Atravesando el cobre del cableao que va a parar a su nuca, los datos comienzan a llegar con total nitidez. Se oyen rusmores. Cánticos y más cánticos, desde el purgatorio o los infiernos. Dos patricios volcando sacos y cofres de dineros sobre unas maltrechas arcas. Vestidos mitá de profetas, mitá de sufridores. Tipos compradores que pasean el ídem en medio de una tierra abnegada de pupas, costras y glóbulos rojos y blancos que pierden el jébere por llegar a cualquier herida. La que sea. Comisionistas jugando al monopoly sin pudor frente a un alcalde. Muchos mercenarios, unos zutanos y otros menganos, puestos en solfa por un senado compuesto por miles y miles de personas que se articulan alrededor de una pradera. Que sigue oliendo a cuero mezclao con hierba. Todavía… Entre esta ametralladora de escenas, se suceden leyendas breves, casi imperceptibles, que se cuelan entre fotograma y fotograma. Neo Fito, solo ha podido cazar alguna. Una ponía “este año, sí”. En otra, “hay que animar”. Apenas percibió la que expresaba “pusimos y ponemos mucho dinero”. “Volveremos”. “Nos estamos estabilizando”. “Necesitamos vender el Estadio para competir con los grandes”. O “salvamos al Club”.

Neo Fito no quiere ver más. Ni la mano de hostias en Arturo Soria, ni las confesiones entre caballos, ni la entrada del césar en Neptuno, ni la docena de coches patrulla en Virgen del Puerto, ni... Tenía la extraña sensación de haberlo vivido ya. Pero lo que no quería observar, por nada del mundo, son los capítulos por venir. Le recorría una extraña sensación de vacío total. En una coctelera con pánico. A la verita de un aperitivo compuesto de sardinas corriendo por el monte y liebres surcando los mares.
Cuando Morfeo de Pelotas le extendió las dos manos abiertas sobre el jerón, le entraron ganas de morirse. También sabía lo que iba a decir.

· Toma, Neo Fito. En una palma tienes la pastilla roja. Te permitirá seguir creyendo en toda esta vida de aficionao que has llevao hasta ahora. Seguirás valorando a indy, te identificarás con todos y cada uno de los anuncios de la señora rusmore, no verás a enemigos más allá de Chamartín o entrenadores-jugadores mercenarios, explicarás al prójimo como los medios te enseñaron que ellos pusieron el dinero… Cerrarás los ojos y te entregarás a la SAD con ese fervor incondicional que, como flores con pétalos de astilla colgando del alma, llevan los aficionaos junto a su pecho. En la otra mano, está la pastilla azul. Si la tomas, desconectarás de Matrix. El dolor, se te trasladará a mitá del corazón. Serás un renegao. Un rebotao. Un luchador en medio de la soledá. Y la desesperanza te perseguirá en esta lucha donde ellos tiran con bazoka, y tú con tirachinas.
Escoge, Neo Fito. Porque tú ya sabes que existen. Y existimos. Y que esta guerra no se permite ya más votos en blanco. Más pastillas en gris neutro.

Y Neo Fito, alargó su mano. Pa tomar la misma pastilla que tú, desde el otro lao de esta pantalla, has tomao.

Chu bi continuez. Bis.

2 comentarios:

apache64 dijo...

Me desengache de matrix, desde el primer momento, que pena, tenia que haber tomado la roja, cantado el tal y tal.
El cammino elgido ¿fu el el malo?¿porque tome la azul?.
No me arrepiento, de luchar, y ser revelde, contra una de los sentimientos, que han acompañado mi vida.
Ojala, se unan mas compañeros a la guerra, aunque la pastilla roja, ha hecho tanto daño. que no lo veo claro.
Un abrazo cohise.
POR UN ATLETI DIGNO

cochise dijo...

Soy de los de la pastilla roja en un principio y un medio, camarada. Creí en los gil y en sus medios acólitos, sin hacerme muchas preguntas. Quizás, era más joven. Más compulsivo. Más ingenuo...

Os admiro a todos aquellos que conseguisteis ver la bicha tras la carita de ángel salvador.

un abrazo.