De atléticos a indios y colchoneros, pasando por atletistas

"Y usted, no pise ese Escudo..."
Luis, presidente de honor

jueves, 22 de abril de 2010

Hey, you...

Güelcom al Madrid del Oso y el Madroño. De las gallinejas y el vermú de grifo. El de la Ribera del Manzanares; el que gusta del Fútbol de emoción. Cuidao, que no os acercais a cualquier lao. Pisareis una Pradera que un ángel pintó bajo el seudónimo de "Goya", con la Almudena acicalando su cúpula al cielo de Madrid. Que no es cielo cualquiera, prendas, si no el atajo más corto y auténtico pa llegar a San Peter´s Hall. Y su jodida listilla, plagada de tantos y tantos nombres abrazaos al recuerdo. A la devoción, incluso. Allá, muy, muy tarde, cuando los atléticos nos cansemos de ver al Equipo en anfiteatros inferiores. Y nos juntemos entre nosotros pa subirnos al tercero del tirón, con el espíritu por pijama, a departir sobre aquella noche en que nos merendamos a los Reds. Entre otras tantas y tantas. Allí, donde el abono total importa lo mismo que la antigüedá o el billete de autobús. Dónde aguardaremos pacientemente a que unos bávaros con nombre de aspirina lleguen a la vez a la misma estación. La última estación. Cuando hayamos andado el camino que nos lleve a sendas de más enjundia.

Podeis ir bebiendo, mozos. Os acompañaremos con gusto y fruición. Es posible que, hasta el alcohol nos haga abrazarnos durante algún momento, cantando a pachas viejos himnos en do sostenido. Cambiando ajuares e insignias, cuales mercaderes en chupas de cuero y gorros gore-tex. Mientras se sujetan copones rebosantes de birra, como líquidos contratos firmados a sorbos, en un tercer tiempo montao a lo "aquí te pillo, aquí te mato". Dígase el zumo de cebada o similares, que aún por estos pagos de Dios tomados por el demonio, seguimos en abrumadora mayoría prefiriendo meter al Estadio un bocadillo de chorizo, que una faca de doce muelles. Y que nos dure muchos años. Y los delincuentes, pocos.

Disfrutad, hijos de la Yngalaterra, disfrutad. Marcaros una previa del copón, como viene siendo costumbre también por estos lares donde proliferan aún en más los bares que los bancos. Reir y cantar como si fuera vuestro último día porque, a eso de las 9, empezareis a mear vinagre. Del bueno. Del que se envasa en botellitas de cristal y se pule bajo la etiqueta de "souvenir del Calderón". A este Estadio (robado), con tan pocos horas vida, la Historia le debe varias. Y vosotros, sois una de ellas. No es nada personal, tíos, es simplemente que pasabais por ahí. En el día inapropiado y a la hora chunga. Estais plantaos en mitá del camino de cientos de miles de corazones, que delegarán en 50.000. En el puto centro de una senda que quiere reconciliarse con su Historia. Preguntadle al Niño, si no entendeis lo que aquí se cuenta.

¡Ah!, sires, y una recomendación pa que veais que no hay mal rollito mas que el estrictamente deportivo: cuidao al pasar por la puerta Cero. Agarraos las carteras. Que el que birla un Club entero, bien puede... Y aquí, los honraos, solo os vamos a quitar los puntos; ná más.

S I E M P R E A T L E T I.-

2 comentarios:

Tomi Soprano dijo...

A por ellos. No nos queda otra. Las páginas de nuestra rica historia se escribe con noches como las de hoy. Y no vamos a fallar.

Un abrazo.

cochise dijo...

Y a por ellos fuimos, Tomi. No fallamos. Ni Perea, coño...

Otro abrazo, tío.